sábado, 11 de febrero de 2023
miércoles, 18 de enero de 2023
Cedro del Himalaya -Cedrus deodara-
Cedro del Himalaya adulto ya de unos diez metros de altura embutido en un bosquete de cipreses leylandis y otras coníferas como pino pinoneros, carrascos y eldárica - pino afgano-. A su alrededor le acompañan árboles como callistemón -limpiatubos-, álamos blancos, cipreses de California, nogal, níspero, algarrobo, etc... El almendro que se ve frontal a la derecha en la foto creció solo y es dulce, causalidades de la naturaleza.
Este lugar, hace 20 años era un desierto, no había ni un solo árbol y pegaba fuertes vientos desde la montaña de 2000 metros que hay atrás. Hoy, es un bosque delicioso pegado por el oeste a la casa, donde no se percibe apenas una brisa cuando vienen los bravos vientos del norte, salvádodolos también para los bancales de huerta más bajos. En verano disfrutamos mucho del ambiente fresco que nos aporta.
El dato interesante es que este cedro ya sobrepasa a los cipreses, y fue plantado, con apenas dos cuartas, al mismo tiempo que los segundos, que son árboles de crecimiento veloz.
Feliz arbolada
Todo devenir del árbol está directamente ligado con todo devenir humano. Los árboles son nuestro origen, la paternidad de la humanidad, nos ofrece ilimitadamente los mayores de los regalos: alimento, medicina, el cobijo, la nutrición de la tierra, el motivo de la lluvia y la frescura.
Desde la nada, el desierto provocado, el paraíso en esta tierra se comienza a construir con un solo árbol en el centro de nuestro jardín. De ese árbol, nos recuerdan las escrituras místicas, no se come, solo es el significado del respeto que le debemos a la Naturaleza. El beneficio para nosotros se halla en lo que no usamos también.
Por todo ello, todo agricultor natural, sacrifica alegremente, al menos, la mitad de su tierra para devolver a la tierra lo que le pertenece y lo que hace que sea posible la vida, que son los árboles y otras plantas silvestres.
Hoy os presento un ejemplar adulto de más de 10 m de Pinus eldarica -pino afgano-, que convive, en sus lados, con un pino canario y dos pinos carrascos.
Feliz arbolada!
viernes, 9 de diciembre de 2022
El camino correcto
El otro día me topé con un sobrecilo de azúcar que decía: “Cien pasos equivocados en el camino correcto es mejor que mil pasos correctos en el camino equivocado”. Esta frase anónima merece de una linda reflexión.
En principio, el camino correcto no debería ser aquel que dicen otros que lo es, el camino correcto debería ser aquel que uno, con capacidad critica, es decir, con pensamiento creativo propio, ha logrado engarzar con sus sentir. O dicho de otra manera, debería ser aquel camino que uno siente y piensa que es el correcto. Esto nos llevaría a la disyuntiva de pensar que cualquier cosa pensada y sentida por un sujeto podría ser correcta, pero es un pensamiento incorrecto, porque, dicho solo así, no contendría el engarce armónico con el sentir para que podamos considerarlo correcto. Veámoslo.
Tanto el sentir como el pensar, en sus participaciones conjuntas, contienen múltiples formas que pueden ser positivas o negativas, para nosotros mismos como para lo demás, sin embargo, cuando ambas coinciden armónicamente en un sujeto, en un plano de acoplamiento de corazón y mente decidida, resulta que es positivo, aunque este suceso contenga pasos ‘equivocados’ que podrían aparentar que son ‘malos o negativos’. Lo increíble de este acoplamiento excepcional, es que lo que es positivo, desde tal acoplamiento, para el sujeto, lo es también para su entorno, es decir, para el objeto y, con ello, para lo colectivo.
Pero, ¿cómo podemos identificar y estar seguros de que ha sucedido ese acoplamiento armónico y que, por tanto, designamos como correcto?. La única manera es descubriendo que aquello que pensamos y sentimos, nos retorna a la raíz de todas las cosas, es decir, nos da paz y visión amplia sobre aquello que siempre permanece; nos conecta, de manera certera, con lo que es imperturbable e imperecedero.
Uno puede tener un pensamiento negativo que coincida con un sentimiento negativo, o un pensamiento positivo que coincida con un sentimiento negativo, o un pensamiento negativo que coincida con un sentimiento positivo, pero, aunque nos parezca eso correcto en un momento determinado, porque así lo pensamos y sentimos, esta coincidencia jamás es armónica por sí misma, porque la Naturaleza, que es imperecedera, te hará ver que todo aquello -que designamos como negativo-, aun con coincidencia con lo positivo, era equivocado, no era completamente positivo y no contiene, con ello, el acoplamiento armónico. La Naturaleza está por encima de cualquier experiencia de sujeto, pues Ella es ‘eterna’ y el sujeto no. Sin embargo, este hecho, no hace que el sujeto no pueda conectar con Ella, de hecho, sucede que, con nuestra capacidad de pensar y sentir correcto, todos aquellos pasos equivocados que tomemos no armónicos, debido a nuestra naturaleza perecedera, nos dirigen al pilar fundamental de lo eterno, siempre y cuando mantengamos el camino correcto, es decir, siempre que sepamos mantener la visión general sobre el acoplamiento armónico. Esto quiere decir que todo sujeto tiene la capacidad para conectar con el camino correcto, aunque se equivoque cien veces y esto nos lleva, directamente, al camino de la sabiduría, que es imperecedera, y que nos conecta con la auténtica esencia de la Naturaleza.
“Mil pasos correctos en el camino equivocado”, significa apariencia de correcto porque puede contener algo positivo, pero no contiene, por sí mismo y como objetivo del sujeto, el acoplamiento armónico, por lo que el camino general es equivocado.
En la imagen que muestro hoy, podemos apreciar un bosque donde destacan un arce japonés, con sus rojos preciosos, engarzado a un madroño que forman hermoso túnel que nos dirige a casa. Este es un camino correcto, así me lo dijeron, y me lo dicen aun, mi pensar y mi sentir en acoplamiento armónico, aunque, en el proceso de construcción, surgieran cien equivocaciones, que las hubo, sin ninguna duda. Atendamos a una cosa muy importante, esta hermosa expresión de la Naturaleza, no es ni única, sino una expresión determinada, dentro de un universo múltiple de expresiones posibles, que fue desarrollado desde un sujeto ‘equivocado’ que entendió, en su pensamiento crítico creativo y su sentir, no perder su propio camino correcto, y que, con ello, provocó, gracias a la propia energía de la Naturaleza libre, una armonía en el entorno y en otros sujetos dentro del bosque, con lo que todo se conectó, en este sentido, con la bellísima expresión de lo imperecedero. Este suceso está en la mano y puede ser enfocado dentro de cada uno de los sujetos humanos de esta tierra. Es esa la gran maravilla de la humanidad y la esperanza que nos lleva.
miércoles, 23 de noviembre de 2022
Un triste vaso de agua
Frentes y más frentes que arrasan la península con fuertes lluvias y fríos polares, que si lenguas de frío y no sé qué de suertes rarezas providenciales. Vale, esas son las noticias oficiales de las últimas tres semanas, sin embargo, la realidad es otra. Aquí, en el sur de España, en las montañas de la provincia de Málaga, a pesar de la abundante lluvia que venía, incluso con sus ya acostumbradas falsas previsiones, no han caído apenas un litro y pico por metro cuadrado, es decir, un triste vaso de agua dentro de un cubo con una boca de 25 cms. Las preguntas son: ¿Dónde están esos frentes que nos los vemos? ¿Cuál es la razón de tal engaño en relación a ese clima lluvioso imaginario que no existe y que debería existir según la idiosincrasia natural del lugar?
Es bastante curioso que en el verano pasado, un “infierno inventado” nos atacara tan fuerte, con mapas vestidos de negro ceniza y rojos intensos inhumanos y, en realidad, quitando los fuegos, a buen seguro, casi todos provocados, fue un verano, más o menos, como siempre, solo que, eso sí, extremadamente largo; y ahora, cuando al fin entra el otoño, nos pinten iguales imágenes, pero tan optimistas e irreales, en su lado contrario. Lo que observo es que nos están escenificando una realidad inexistente, es decir, nos quieren pintar unos veranos extremadamente calurosos y unos inviernos extremadamente fríos y lluviosos. Y, la realidad, es que no es ni una cosa ni la otra, es mucho más grave que todo eso, se trata de un escenario no natural que está absolutamente planificado y que lleva un objetivo muy concreto.
Nos encontramos a finales de noviembre del año de 2022, para esta época ya deberían haber caído, más o menos, la mayor parte de todas las lluvias otoñales. La media anual de lluvia en el lugar donde vivo es de 670 litros por m2. Si, hasta hoy, desde la primavera, no supera 1 litro por m2, y, aunque no tengo los datos, en primavera, no creo que llegara ni a los 30 litros por m2, no es muy difícil ver el parangón sobre la media. Terminando el año de 2022, estamos enfrentando unos 30 litros anuales, que es aún menos que la media del Sahara occidental, que es clima totalmente desértico donde ronda los 45 litros anuales, frente a los 670 litros, que sería lo normal, y que es lo que permite que este lugar siga siendo clima mediterráneo. No estamos hablando de una sequía, que es coyuntural, estamos hablando de un cambio absoluto de clima, como un fenómeno climático extremo sucedido, repentinamente, en lugares concretos, en un breve espacio de tiempo, que no es lo mismo que decir “cambio climático” relativo y evidente del planeta Tierra, provocados por las emisiones de carbono y otras contaminaciones humanas , que genera gran cantidad de fenómenos climáticos relativos en lugares concretos y que dan lugar, en un medio o largo plazo, a cambios substanciales climáticos que jamas son absolutos, salvo que termine por generarse debido a algún tipo de catástrofe natural, como grandes terremotos, o grandes deshielos, caídas de meteoritos, etc.
En definitiva, del punto de vista científico, es absolutamente imposible que existan cambios absolutos de clima como fenómenos climáticos extremos sucedidos en lugares concretos, debido a nuestra acción inconsciente general de contaminaciones para la obtención de nuestros recursos. Sin haber catástrofe natural como los mencionados, que no la hay, para que algo así suceda, es decir, para que un clima mediterráneo sea considerado peor que desértico, es decir de menos de 45 litros anual por metro cuadrado, en un plazo tan cortísimo de tiempo, es necesario que haya sido manipulado, consciente y directamente, por el humano, que es, en realidad, lo que está sucediendo.
Hoy, cielo azul despejado, apenas han cruzado unos pocos aviones en el cielo, con cero posibilidad de lluvias y ninguno con estelas raras. Esto sucede siempre que no hay posibilidad de lluvias. Hablemos claro: Nos dicen oficialmente que todas las estelas son producidas por el vapor de agua de los aviones comerciales, entonces, ¿porqué se empeñan en cruzar nuestros cielos de cientos de aviones con sus estelas terroríficas, justo los días previos a cuando existe alguna probabilidad de lluvia? ¿Por qué, después de cruzarnos los cielos con estas estelas, desaparecen, como por arte de magia, las lluvias probables, a veces, tan evidentes?
Sepamos que es perfectamente legal manipular las lluvias, sepamos que lo llevan haciendo desde hace años, sepamos que, en el último año, tras la fuerte propaganda de “cambio climático” y la dichosa agenda, han intensificado estas manipulaciones, pero sobre todo, sepamos que tales acciones están provocando cambios muy importantes y graves en la naturaleza y en nuestras vidas cotidianas. Es difícil entender por qué tanta propaganda sobre el cambio climático por nuestras emisiones de CO2, por qué tanta devoción a lo ecológico, cuando están, bajo cuerda, provocando situaciones más radicales debido a sus artificialismos descarados. Hay una explicación para ello, pero esto merece otro artículo. En este nos quedamos diciendo que es imposible vivir natural y conscientemente, reforestar y trabajar en la naturaleza, en el mediterráneo malagueño con sólo un triste vaso de agua, sin embargo, cada día veo hermosos coches descapotables conducidos por sonrientes noreuropeos con gafas de sol, cruzando las pequeñas carreteras de estas montañas. Es hermoso que sea tan fácil en Europa tomar unas vacaciones en el desierto. Ellos necesitan más de un triste vaso de agua, pero ese agua no viene de aquí.
Atentos a las noticias, vendrán terribles frentes lluviosos, así que: Felices virtuales lluvias de diciembre.
viernes, 18 de noviembre de 2022
miércoles, 9 de noviembre de 2022
jueves, 27 de octubre de 2022
El imperio artificialista y la muerte del bosque
Hace unos días estuvimos en la parte norte de esta sierra. Allí se encuentra una gran extensión de de encinas, robes y alcornoques, distribuido naturalmente en diferentes masas arbóreas. Se trata de un hermoso bosque Natural entre primigenio y silvestre. Según la clasificación que hice en el Tratado de Agricultura Natural, el b. N. primigenio, es un bosque que ha sido constituido exclusivamente por la naturaleza, sin intervención humana, y el segundo, el silvestre, es aquel que ha tenido intervención humana en alguna ocasión, aún habiendo sido constituido fundamentalmente por la Naturaleza.
El bosque del que hablamos, aunque tuvo cierta intervención en determinadas épocas de la historia, ha conservado, desde sus inicios, y estamos hablando de muchos miles de años, su esencia primigenia. Este lugar ha pasado por periodos fuertes de sequía, tormentas y toda clase de acontecimientos y, hasta ahora, ha sobrevivido sin ningún tipo de problema. Hoy, este bosque está muriendo lentamente.
Cuando vimos unas grandes manchas marrones extrañas, dentro del verdor de las encinas y alcornoques y el amarilleo y rojizo otoñal de los arces, pensamos que eran los robles que se habían adelantado a su tiempo debido a la falta de agua, pero, cuando nos acercamos, comprobamos tristemente que no, que eran todos los Quercus que había secado sus hojas. Algunas de las encinas, aún con sus hojas secas, no habían muerto, estaban como esperando el milagro, sin embargo, una gran mayoría estaban apenas sin sabia, o ya habían muerto; lo mismo sucedía con los robles. El espectáculo era muy terrible y amargo.
Llevo mas de treinta años observando con detenimiento y consciencia estas tierras y estos cielos, con sus ciclos naturales de cada estación y las intervenciones no naturales, y también he ido preguntando, desde entonces, a los más viejos, sobre los sucesos naturales conocidos. Es muy posible que tenga información esencial de un siglo para atrás acerca de la situación de estas naturalezas. Nunca, en un antes conocido, se habían secado extensiones tan grandes de Quercus; nunca antes, hubo tiempos de sequía tan largos y tan persistentes; nunca antes, había dejado de nevar un año en estas altas montañas; nunca antes, se secaron fuentes y arroyos nunca antes, venían tan intensas y extrañas calimas fuera de tiempo que arrasaban todo a su paso, dejando un rastro de muerte e improductividad; nunca antes, sucedían las desgracias a las que estamos sometidos hoy.
Hay señales suficientes para asegurar de que de que algo no va bien, las informaciones oficiales nos hablan de un cambio climático generalizado que está afectando a nivel general nuestros ecosistemas, debido, fundamentalmente, a las emisiones de CO2 y a las contaminaciones persistentes de esto terribles sistemas artificialistas para la obtención de nuestros recursos. Es muy seguro que haya de eso, que duda cabe, pero llevamos muchísimos años interviniendo atrozmente en la naturaleza para encontrar esos recursos in-naturales, y no es probable que sólo, en los pocos tres últimos años, es cuando se puede ver con claridad cambios reales y substanciales. No es, en absoluto, nada natural que esto suceda así, de forma tan evidentemente y rápida, aun con nuestro artificialismo habitual de uso de químicos para la agricultura y largo etc., hay, sin ninguna duda, otros factores más, también artificialistas, a tener en cuenta y que son, pienso, que más condicionantes y que le hacen ser causas más principales, tanto de la sequía extrema que estamos viviendo, como de las otras desgracias ecosistemáticas.
Estas causas directas y principales son dos: El control artificialista climático organizado, a través del uso de productos químicos muy peligrosos y dañinos, realizados con fumigaciones a gran escala y los incendios, también organizados, con intenciones de deforestación. Ambas llevan un plan implícito de destrucción que es desconocido para la mayoría de nosotros, pequeños ‘humanos-hormigas’. No tenemos ni idea de lo que este plan organizado pretende hacer y cuales son los objetivos desertificando algunas zonas en concreto, y dejando otras con la sensación de cambio climático y una normalidad relativa; lo que estoy, absolutamente seguro, es que está sucediendo y se está haciendo conscientemente, lo cual es una desgracia para todos.
Ayer tocó ir a la playa, con este calor, mejor refrescarse un poco. Estamos a finales de octubre, es decir, un periodo otoñal donde lo normal es tener lluvias y llevar ya algún abrigo, es algo realmente inaudito. De repente, observando felizmente el volar de la gaviotas, un altavoz sonó en toda la playa, como si fuera un aeropuerto, advirtiéndonos a todos, en español e inglés, que cuidáramos de nuestras pertenencias y que disfrutáramos de nuestras vacaciones. Sonó rápidamente la alarma en mi mente, escenificando de nuevo lo que había pensado muchas veces, pero esta vez de manera muy clara: ‘“-Conozco esta playa desde hace más de medio siglo, jamás en esta época hemos estado en traje de baño, ni ha habido seguridad de buen tiempo, parece que el imperio artificialista tiene bien ordenado este producto, fabricar artificialmente un lugar para unas vacaciones baratas y fáciles para los extranjeros. Estas palabras sonando en el altavoz, me lleva a entender que estamos viviendo como en una especie de ‘Show de Truman’, donde están vendiendo sol y calor otoñal surespañol para el resto de la Europa fría, y es por eso que nos quitan la lluvia y el frío. Las compañías aéreas y demás industrias del turismo, harán lo imposible porque este lugar sea más caluroso, no llueva demasiado y tengamos un anticiclón permanente cercano que asegure ese sol, …”
Hoy, un día después de nuestra inhóspita experiencia playera, como casi todos los días desde que comenzó el otoño, los aviones no paran de surcar los cielos desprendiendo esas nebulosas cargadas de químicos. Mientras ellos no decidan parar, no habrá ninguna borrasca que pueda penetrar a estas zonas mediterráneas de España y los anticiclones del Sáhara y de la Azores, se mantendrán en el Mediterráneo en épocas insólitas. El pantano de la Axarquía, llamado de la Viñuela, antes un paraíso natural, está prácticamente vacío. Es con esa agua, con la que se supone que se duchan los turistas de estas zonas costeras orientales, y con la que se riegan las miles de hectáreas de aguacates y otros frutos tropicales, sin embargo, no es difícil dilucidar que ya hay también un plan para eso. Un buen trasvase de agua de otros lugares donde sí llueve y comprando aguacates de otros lugares, a quién le importa los que les pase a los agricultores, sean estos pequeños o grandes, y, lo que es aun peor, a quien le importa que mueran unos cuantos millones de árboles, cuando hay bosques extensísimos y preciosísimos en toda Europa. La gente del norte no quiere bosque, sino sol y playa.
Paseen ustedes por los paseos marítimos de toda la costa del sol, observarán, en directo, una sociedad de personas absolutamente despreocupada por la sequía y los bosques, verán también, un poco más allá, pegados a las autovías infectadas de coches, mares de chalets adosados con piscinas, extensos prados de hierba de golf en su mayor verdor y las fuentes de asfalto bien regadas, igual que los ridículos jardines de palmeras con isletas de césped a sus pies. Como en cualquier ciudad, verán ustedes lindos parques comerciales repletos de frutos y verduras frescas, entre otros miles de productos, llamados alimentarios, enlatados y prefabricados. Todos ellos con altos contenidos tóxicos, venidos de industrias variadas, entre los que se encuentran los infernales invernaderos almeriense-granadinos, que son ya zonas desérticas y donde ya han comprado una gran parte de las aguas de Sierra Nevada, también al borde de la desertificación. Bienvenidos al ‘Show de Truman’ real, sigan ustedes disfrutando del mundo virtual, pronto intentaremos ponerles un sello digital bajo su piel, para que ustedes puedan “disfrutar”, aun más, de su telefonía móvil incorporada. El Show solo acaba de comenzar, el imperio artificalista sabe perfectamente lo que hace. ¡Qué triste espectáculo decadente!
A pesar de todo, somos muchas personas que seguimos luchando por una vida más natural y consciente, no perdemos la esperanza, no dejamos de mirar y creer en un mundo equilibrado con una Naturaleza y una humanidad saludable y espiritualmente avanzada. No dejamos de trabajar en ello.
jueves, 6 de octubre de 2022
Camino a casa
En estos tiempos que corren, todos los esfuerzos que hagamos para mantener nuestro bosque Natural de alimentos en estas tierras emblanquecidas y desérticas, es poco.
El otro día, me contaba un hortelano sabio del pueblo que, en tiempo antaño, de sus padres y sus abuelos hacia atrás, había mucha vida en estas montañas. Él se crió entre huertas al borde de los arroyos de agua permanente, viñas bien cuidadas, trigo en los pechos y rebaños de cabras y vacas. Contaba que tenían tan buenas patatas, que la gente de los pueblos subían con sus mulas a comprarlas, a beber del exquisito vino, porque entonces no había bares, sino la casa de los amigos, que eran casi todos porque en cada casa había una bodeguita, … Después de relatar las bondades de su infancia, dignas realmente de ser evocadas, quizás en otra ocasión, continuaba el hombre cabizbajo diciendo que: "entonces no pasábamos ninguna necesidad, el campo tenía un sentido, pájaros e insectos volaban nuestras fincas, no había prisa para nada, las cosas funcionaban bien; era duro, sí, pero todo estaba siempre verde, incluso las aguas brotaban en verano y no se perdían fuentes ni arroyos, cada año había nieve, llovía durante semanas y meses, las gentes eran felices. Hoy aunque lloviera mucho, no volverían a ser las cosas como antes, no crecería ni una sola planta de trigo o de maíz, porque el mal no está en la falta de lluvia, sino en estas tierras blancas improductivas y sin vida alguna. Antes de que empezaran la fumigaciones -se lamentaba-, estas tierras eran ricas por sí mismas, tenían un color pardo, daba gusto verlas."
Todo su discurso me dejó me dejó impactado, pero su última frase en especial. Para aquellos que aún creen que la tecnología y el conocimiento competitivo de la ciencia moderna lo resuelve todo y que el mal viene de una supuesta providencia imaginaria y fantástica, mejor comiencen a indagar en la historia de sus propios orígenes, que son los pueblos. No tardarán en darse cuenta de que la cosa no va de cambio climático, sino de una tierra muerta debido directamente a las acciones terribles de una sociedad humana absolutamente perdida en la competitividad intelectual, gobernada por una tecnocracia artificialista, llamada Dios-ciencia, que cree saberlo todo con su, en realidad, ciencia-fantasía y que no hace más que destruir las tierras y las gentes, más y más. Un legado que nos fue dado desde hace millones de años y que estamos tirando por la borda con un total desagradecimiento.
Cojamos el buen camino a casa de una vez, rescatemos los grandes valores del campo y abandonemos ese que nos destruye. No existe conocimiento intelectual derivado alguno que pueda darnos la felicidad por sí mismo; si hemos de alcanzar la sabiduría y un hábitat armónico con tierras fértiles, y que ojalá así sea, será de la mano de un conocimiento natural y consciente, profundo y certero, simple y que fluye del propio devenir de la vida.
jueves, 18 de agosto de 2022
La naturalización de nuestra mente para agriculturar
En diversas ocasiones me preguntan sobre la contradicción que existe cuando hablo de simplificar nuestro pensar para agriculturar y a su vez hablo también de la necesidad del pensamiento filosófico, que es, contrariamente, complejo y extenso. Voy a intentar dar una respuesta a ello lo mas brevemente posible.
Por un lado, hay que entender que, por mucho que queramos, no podemos liberarnos de nuestro pensar para cualquier cosa que hagamos en esta vida. La huída del pensamiento como tal, entonces, es un absurdo y esa carencia es precisamente la que ha provocado el hundimiento de nuestra capacidad de reflexión. Por eso, simplificar nuestro pensamiento para agriculturar, significa llegar con nuestra mente a lo esencial que, siendo simple en su manifestación, lo contiene todo también ya que está realizándose a través de una mente desarrollándose, capaz de percibir el universo de pensamiento múltiple y complejo de posibilidades -pasadas, presentes y futuras-, aún con la incertidumbre del misterio. Esta mente puede mantener esa gran complejidad si quiere, pero sólo es usada cuando es necesario, pues su estar habitual es lo esencial, con cualidad sosegada y simplificada. Y como tal, actúa. No hay otra forma de llegar a esa mente que a través de la filosofía, pero no cualquier filosofía, sino aquella que quiere llegar a lo esencial que lo contiene todo. De este modo, nos encontramos ante un camino que nos lleva a la naturalización del pensamiento filosófico, pues el fin no es otro que evolucionar nuestra mente para llegar a lo esencial con una evolución de naturaleza también, de ahí que hablemos de Consciencia dentro del ámbito de la Agricultura Natural.
El conocimiento técnico en agricultura -del mismo modo en otras áreas-, llamado también ciencia técnica de la agricultura, se ha inmiscuido, a través de los milenios, en unas redes hipercomplejas de pensamiento y acción con el fin inicial de facilitarnos nuestras labores. Aunque este fin era loable, la extrema artificialización consecuente, ha provocado una gran carencia del pensamiento filosófico y un exceso de pensamiento técnico, con lo que nuestras acciones campestres, ahora son muy complicadas y enrevesadas para nuestra mente confusa. Nos ha robado el sentido más esencial y sencillo de la vida. Es por esa razón que en el Tratado de Agricultura Natural, sabiendo de lo complicado de nuestra ciencia, hayamos compensado recuperando los conocimientos técnicos más sencillos y ancestrales para nuestra vida de hoy. La naturalización del conocimiento técnico -que implica volver al origen más elemental adaptado a nuestros tiempos-, con ello, se convierte del mismo modo, en gran parte de nuestro trabajo como agricultores naturales. Y este hecho provoca, insoslayablemente, un cambio profundo dentro de nuestra forma de concebir la ciencia.
Con todo lo expuesto, la simplificación - que es naturalización consciente- de nuestro pensamiento para el agriculturar, contiene entonces dos vertientes muy claras, la que se expresa a través de una mente filosófica básica esencial y la que se expresa a través de una mente técnica básica esencial. Ambas mentes, que son en verdad solo una, son expertas y están capacitadas para romper cualquier idea errónea de la red complejísima de pensamiento que fue construida desde las malas costumbres, tanto filosófica como científicamente. Eso no significa que sea, en sí misma, compleja, significa que, capacitada para ser compleja si quiere para comprender dicha red absorbente y destructiva, puede traspasarla y actuar para y desde la sencillez, la simplificación o lo esencial.
Al final, de lo que se trata, en el proceso de recolección de los altramuces, por ejemplo, es de separar el grano del envoltorio, pues el envoltorio es incomestible. Del mismo modo, se trata también del lavado del grano para quitar la amargura. Observamos que lo esencial implica, simplemente, quitar aquello que molesta y es dañino si se come. Sería muy mala costumbre comer el envoltorio o los granos de los altramuces sin haber quitado el amargor.
La autenticidad de la Agricultura Natural
Para los que hayan leído el Tratado de Agricultura Natural, se habrán dado cuenta de que, para cualquier tipo de hortaliza, desde la más alta antigüedad, el proceso técnico de cultivar era de lo más simple, no había grandes secretos, ni complicadas tecnologías quebracabezas, bastaba con un sencillo conocimiento y un alto grado de sensatez, intuición y respeto por la Naturaleza.
Ciertamente, se necesita ese conocimiento básico, tal como se ha expuesto extensamente en el Tratado, y que nos ha servido para comparar, cotejar y experimentar con lo que podemos llegar a hacer hoy en Agricultura Natural. Sin embargo, siendo tan básico y simple, parece que nos cuesta admitir que lo es. Nuestra mente se ha vuelto demasiado compleja y, como un espejo, queda reflejada en nuestras acciones campestres.
El proceso de simplificar nuestro pensar y actuar para agriculturar, con el máximo respeto posible a la Naturaleza, son parte de las bases de una AN digna.
Son por estas razones que la Agricultura Natural, a pesar de los intentos, no puede nunca ser encasillada, ni manipulada, ni vendida al mejor postor. Mantener su autenticidad y originalidad, ha sido gran parte de mi trabajo y el trabajo de la asociación ANE, durante todos estos años. Tal dignidad nos representa a todos los agricultores naturales. Que sea por muchos años más!
En la imagen de hoy, nuestras primeras calabazas de este año.
miércoles, 17 de agosto de 2022
Agricultura y productividad
Tal como fue expresado en el Tratado de Agricultura Natural en pág.35, AGRI-CULT-URA, en su ámbito etimológico, que es origen de lo que fue y es, y, por ello, su verdad implícita, es "aquella actividad (URA) de campo (AGRI) en el sentido de cultivar y habitar a su vez (CULT)" -cult viene de círculo en griego, habitar, de donde aparece después también cultivar-.
Con ello, tenemos dos tipos de agricultura: aquella que, no habitando en el campo, se encuentra bajo la autoridad del círculo de la ciudad y aquella que, aún con cierto círculo, es, sobre todo, abierta e integradora con el campo.
Que no os engañen, la verdad cierta es que agricultura ni está obligada a alimentar, ni a dar riqueza ni poder a los de ciudad, ni tampoco está obligada a vivir con su círculo de habitar fuera de campo. Por tanto, no contiene, necesariamente, ni su orden técnicas (llámese arado, llámese regenerativo, llámese compost, etc.), ni su orden económico de lo que la ciudad llama productividad.
Con ello, si la agricultura no está condicionada -ni dirigida- necesariamente al círculo ciudad, y puede, con toda su propia identidad, mantener una relación relativa con el "círculo", más acorde y cercana a la Naturaleza, podemos pensar en una Agricultura libre, que comparte y no compite, con habitantes libres de la misma condición.
Pensémoslo bien, cuando se habla de productividad en el campo, para quien es productivo? Sinceramente, solo lo es para latifundistas, intermediarios y habitantes de la ciudad. Los dos primeros obtienen grandes fortunas, de las que ejercer gran poder, y los terceros, obtienen comida de sobra al antojo y capricho todo el tiempo y cuando quieren, cuando no es nada natural que así sea.
Las consecuencias de ello es que, q la vez que destrozamos tierras, aguas, bosques, etc, el 46% de la producción de fruta y verdura acaba en la basura, mientras los pequeños y medianos agricultores siguen sin poder "vivir" tal como manda el canon ciudad.
No sabemos cuál es la solución exacta al problema, pero sí sabemos que en ninguna agenda basada en la tecnología y creada por grandes latifundistas o poderosos sabelotodos y profetas de baja alcurnia, está la solución. Cualquier sistema milagroso de productividad -abundancia, según el canon de ciudad-, es un auténtico engaño. Ni la tecnología ni la ciencia derivada, podrá jamás sustituir el maravilloso devenir de la Naturaleza.
El camino, si no la solución matemática, se encuentra en que la agricultura debería comenzar a elegir su propio "círculo" lejos de la ciudad y su sistema feroz de productividad que manejan cuatro gatos, cultivando en su propia Naturaleza, recuperando los valores auténticos que Ella contiene y que está con nosotros desde el compartir, el dejar en paz la manipulación de Ella, con el decrecimiento tecnológico y económico que eso conlleva. Hablamos de habitantes naturales y conscientes del mundo, despegados de lo tecnológico, recuperando ecosistemas y su propio interior, siendo libres y felices.
Una parra cultivada en Agricultura Natural da uvas naturales, sin más complicaciones y un pimiento es un pimiento, simplemente, desde su propia semilla natural.
Plantar árboles silvestres
El padre de la Agricultura Natural moderna al ver nuestros mares de olivos se refirió al árbol como el ideal para el desierto. " Esto es el desierto"- aseveró.
Recientemente he cruzado, como tantas veces, esos mares de olivos, pero esta vez me fijé en unos pequeños detalles. Hay un orgullo en nuestra tierra por este dibujo puntillista del paisaje, con las tierras absolutamente labradas y sin rastro de otras plantas, pero es un orgullo económico y visual que muestra bastante inconsciencia.
Escondidos entre esos mares observé que había, muy pocos, algunos pinos carrascos, encinas nobles centenarias, moreras y poco más.
Estos árboles silvestres muestran que estas tierras un día no fueron desierto, que el desierto fue creado por nosotros.
La Agricultura Natural de Vida Natural Consciente propone restablecer el ecosistema, no solo con dejar de labrar extensivamente y permitir actividad de vida en el suelo, sino también plantar árboles silvestres en, al menos un 40%, dentro de nuestras zonas de cultivo.
En la imagen, un roble de mi bNa.
Pura vida
Si algo ha de acontecer en nosotros no será otra cosa que la bondad acaecida gracias a nuestra capacidad para dar vida a toda naturaleza. Con esta premisa, según la inconmensurable ley de causa y resultado, no habrá destrucción alguna sino la más pura vida.
Quiero celebrar nuestra devoción y alegría con este hermosísimo liquidámbar, ya adulto, amparado por un bosquete de bambúes en su trasera norte, rodeado de laureles, kakis, cipreses, alcornoques, arces, etc., y resguardando, en sus entresombras, matas de phisalis un pequeño acebo, damas de noche, grosellas silvestres, entre otras especies...
Feliz día!
A las hijas e hijos de la tierra
La vida natural no es peligrosa. Os dirán: no intentéis vivir en los bosques porque serán pasto del fuego, no intentéis comer vuestro propio alimento, porque no habrá agua y no crecerán, os venderé alimentos "preciosos", viviendas de asfalto y máquinas de entretenimiento elaborados en fábricas. No uséis medicina natural, porque no os curarán de las terribles y asoladoras enfermedades, os venderé maravillosas medicinas, elaboradas por nosotros, en fábricas divinizadas
No creáis a los enemigos de la vida natural, la tierra desolada, antes fértiles, es hoy cubierta de cardos, bichos y pinchos. Las gentes tienen miedo a los pinchos y a los bichos, la vida natural ya no existe para ellos. Y es, en verdad, que la tierra, las aguas, los bosques y aires limpios, intentan ser destruidas para llenar las ciudades de oro, de máquinas y de ídolos creados por mentes impuras.
No creáis a los dioses de la tecnología.
Hijas e hijos de la tierra, volved a a Ella, plantad árboles, reconstruid la Naturaleza a su imagen y semejanza, que es la nuestra, hasta que en las cañadas vuelvan las aguas, hasta que los manantiales se llenen de agua pura y hasta que el fuego sea vida y energía y no destrucción de ellas. Hasta que el aire vuelva a ser limpio...
Volved a la tierra, hijas e hijos de la Naturaleza.
Que no se laven las manos
En el séptimo principio de AN, hablé del "desde adentro hacia afuera", como actitud y acción virtuosas en la recreación del bosque Natural de alimentos.
La virtud es lo que naturalmente nace y se establece, y, desde ahí, parte y se expande con la misma condición, con las necesidades del humano y con las del resto de naturaleza conjuntas.
Cuenta Marcos (7,1-23) que en celebración junto a fariseos y otros judíos, algunos discípulos de Jesús comían con las manos sucias. Los primeros preguntaron porqué no respetaban la tradición de lavarse las manos, a lo que Jesús respondió: "no hay nada exterior al hombre que entre en lo que pueda contaminar; pero lo que sale de él sí que contamina el hombre". Luego, dijo a sus discípulos: " no comprendeiis que todo lo que entra en el hombre desde fuera no puede contaminarlo, porque no entra en su corazón, sino en el vientre y luego es expulsado en la letrina?... Del corazón humano salen los malos pensamientos, los homicidios, los hurtos....
Reflexionemos esta sabiduría...
- A pleno sol.... 36 grados (11 horas); 49,5 grados (14 horas); 37 grados (20 horas).
- Sombra almendro solitario.... 31 grados (11 horas); 36 grados (14 horas); 30 grados (20 horas).
- Bosque de coníferas.... 27 grados (11 horas); 31,5 grados (14 horas); 29 grados (20 horas).
- Bosque Quercus y caducifolios.... 26 grados (11 horas); 30,5 grados (14 horas); 28 grados (20 horas).
En la imagen muestro el lugar donde hice la medición del bosque autóctono, con alcornoques, robles, madroños, fresnos y Olmos, entre otras muchas especies
Que no os vendan aire impuro, que no destruyan los bosques y que no se laven las manos.
viernes, 27 de mayo de 2022
sábado, 2 de abril de 2022
Naturaleza consciente frente a la falsa ecología
Cuando un agricultor natural se identifica con lo que hace y
su papel en el mundo, no le cabe la menor duda de lo que significa para él, o,
también, para su entorno. Esta seguridad transita dentro, y se realiza
directamente en el trabajo directo, con sus maravillosos resultados hacia
fuera, en la Naturaleza externa, que son devueltos extensamente en un recibir
que lo colma todo, disipando la posibilidad que se reproduzca cualquier duda.
Se trata de una seguridad que permite una retroalimentación que parte
desde adentro del individuo hacia afuera de él, y que luego es correspondida
desde un afuera hacia adentro; alimentándose ambos, mutuamente, en un devenir
precioso de armonía, aún con sus procesos difíciles.
Cuando un agricultor natural se descentra de sí y sacrifica
parte de su provecho para alimentar a la Naturaleza, está enriqueciéndose
doblemente. Por un lado, obtiene, en abundancia más que suficiente, su
fruto merecido, y, por otro lado, está obteniendo la gran satisfacción interior
de estar ayudando a que la Naturaleza sea ella misma. Si la Naturaleza deja de
ser, en esencia, ella misma, es decir, nosotros, con nuestra acción, impedimos
que eso suceda, los humanos, como parte de ella que somos, nos apartamos de ser
naturaleza. Siendo naturaleza, como somos, aunque se resistan algunos a
aceptarlo, estaríamos entonces hablando de autodestrucción. La no destrucción,
por ello, es el acercamiento a la Naturaleza, y eso, invariablemente, implica
un pequeño sacrificio de provecho propio.
Sin embargo, hablar de naturaleza, o de ecología, sin
haberla realizado desde su experiencia directa, sino controlado desde la
ciudad, por los intereses de ella, en el tiempo que se está produciendo tal
supremacía tecnológica como solución ecológica para la naturaleza y para el
humano, contiene graves absurdos y discrepancias, hablamos de una falsa
ecología. Es absolutamente carente de toda razón lógica y de toda
practicidad, así como de congruencia, aspirar a un cambio global ecológico
mundial a la vez que se es tecnológicamente “supra-incrementado”,
matemáticamente reglado, artificializado, hasta límites insospechados que
provocan una clara deshumanización, es decir, una no naturaleza, con las
desastrosas pérdidas y sufrimientos consecuentes que provocan la mencionada
autodestrucción. Siento decirlo, pero son dos partes absolutamente
incompatibles, imposibles de reconciliar, en sus extremos. Sin un humano
natural, es imposible, e incluso insultante, hablar de una defensa de la
naturaleza.
Si la humanidad ha de esperar una reconciliación, no queda
otro remedio que templar las dos partes incompatibles, tal como nos enseña la
ya expresada estética de la Indeterminabilidad; entonces, es posible que
exista armonía, sin olvidar que templar significa naturaleza consciente con
sus necesarias transiciones. Hasta ahora, a causa de nuestras máquinas y
tecnologías, hemos destruido la naturaleza, ha sido y es una inconsciencia
total. ¿Cómo se puede aspirar entonces a un nuevo ecologismo devenido desde
nuestras máquinas y tecnologías? ¿controlando el clima, o a los mismos humanos,
desde la transgenia de plantas o personas, etc.? Y, lo que es más: Imaginando,
que es mucho imaginar, que se asumieran acciones benditas y conscientes de
salvaguarda de la Naturaleza ¿Cómo se puede, en esas condiciones, pretender un
ecologismo -teóricamente pronaturaleza- a ultranza, en base a un humano
supra-tecnologizado, siendo el humano la misma cosa que naturaleza? No es la
naturaleza quien debe hacerse a imagen del humano, sino el humano es quien
debe hacerse a imagen y semejanza de la Naturaleza, pues esta segunda es
más extensa.
Es de sabiduría universal y de experiencia, que nada es
realizable sino con el ejemplo de nuestra propia vida; no se puede decir soy
natural, si mi vida está implacablemente dependiente-sometida- de -a- un
artificialismo feroz. Para llevar a cabo una verdadera “ecología”, o un
verdadero cambio hacia la naturaleza, hace falta un acto de consciencia
natural, que implica un ejercicio libre, real y ético de ello con nuestra
propia vida. Es por todas estas incuestionables razones, entre otras muchas
más, que la Agricultura Natural expuso su séptimo principio de Vida Natural
Consciente. Un agricultor natural que se precie de serlo, invariablemente,
debe llevar una vida humana acorde a lo que aspira para la naturaleza. Del
mismo modo que aspirar a ser natural para la naturaleza, implica un acto de
consciencia para la naturaleza. Aspirar a ser natural para la naturaleza,
implica un acto de consciencia para sí mismo también. Van de la misma mano.