martes, 30 de mayo de 2023

Cuestiones sobre la antropización del medio y el decrecimiento

 

  • CUESTIONES SOBRE LA ANTROPIZACIÓN DEL MEDIO Y EL DECRECIMIENTO

       

       Juan Benítez Jamchen, mayo 2023

          https://www.academia.edu/102551412/CUESTIONES_SOBRE_LA_ANTROPIZACIÓN_DEL_MEDIO_Y_EL_DECRECIMIENTO

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  • INTRODUCCIÓN
  • Antes de comenzar, conviene resaltar el hecho insoslayable que el margen de conocimiento humano es siempre cambiante; nada, dentro del ámbito de las ciencias, puede ser categórico o absoluto. Aunque existan evidencias en una determinada parcela de conocimiento, esta no puede reducirse a conclusiones, si no está abierta a cotejarse con las demás ciencias o conocimientos, incluso así, nos encontramos siempre en un alto grado de invalidez frente al misterio cambiante de la Naturaleza y la vida. Desde la biología, todo organismo es un sistema abierto, en constante intercambio con otros sistemas que le rodean a través de interacciones muy complejas; esta teoría científica marcó un hito ineludible dentro de todo el conocimiento humano, más allá de la propia biología y quedó profusamente establecida en la Teoría general de sistemas expresada por Ludwig Von Bertalanffy, hace ya muchos años, desde finales de los años 30 del siglo pasado.  
  • En una primera instancia, dentro de los estudios paleobiogeográficos que tenemos en la mano, desde que se constituyó el clima mediterráneo de forma estable hace unos 3,5 millones de años, incluso con las glaciaciones e interglaciares e incluyendo las grandes deforestaciones y extracciones de recursos hasta hoy, no contamos con ningún acontecimiento conocido que suponga una exponencialidad de cambio tan extrema como lo que estamos viviendo en el clima en tan solo dos años. Apoyados en la paleobiografía es, sencillamente, imposible, con lo que el único ámbito de conocimiento que dé alguna posibilidad de explicación a tales hechos insólitos, es por esa inducción que consiste en pensar que la antropización del medio contiene valores hasta ahora no cotejados. Estos valores son solo presentes y especulativos, pues ninguna ciencia tiene capacidad para expresar acontecimientos tan complejos en tan poco tiempo, con lo que no contamos aún con la experiencia general y abierta suficiente que pueda dar un diagnóstico seguro. Lo que sí sabemos, por lo que nos marca la ciencia paleobiogeográfica, entre otras ciencias, es que, sin causa natural catastrófica, no hay posibilidad de un cambio tan radical si no es por la antropización. La cuestión ahora es intentar desglosar esas posibles causas antropozoogénicas. 
  • De los datos cotejados de los últimos 50 años, que es donde parece que las causas de antropización se han multiplicado negativamente a nuestro medio ambiente, aunque ascendentes, solo podemos observar tendencias leves a nivel general. En otras palabras, la relación causa antrópica y modificación climática de calentamiento hasta hace dos años, es suficientemente significativa como para tenerse en cuenta y se debe seguir trabajando en ello y evitar su continuidad, sin embargo, no ha empezado a ser tan radicalmente exponencial hasta hace solamente dos años, donde se están observando estos cambios muy extremos. Desgraciadamente, es demasiado poco tiempo para dar diagnosis desde todas las ciencias sobre estos cambios inesperados, no sería certero ni marca evidencia alguna, científicamente hablando, aún a pesar de los indicadores desde algunas clases de ciencias, por lo que sólo nos encontramos en un rango de hipótesis muy estrecho. Por ello, no hay más remedio que esperar los acontecimientos futuros para poder afirmar algo con seguridad, aún a sabiendas de que las causas antrópicas relacionadas con las emisiones de CO2 y otros gases, sea uno de los agentes relevantes, entre otras causas. 
  • El primer apartado de este estudio se maneja, básicamente, partiendo de lo que ya sabemos con cierta certeza dentro del campo de la paleobiografía que dan pie a hipótesis posibles, esperando que pueda servir de ayuda para dilucidar esta cuestión tan confusa, y a su vez tan vital, del clima en los últimos tiempos. En el segundo apartado se abordará desde el campo de la reflexión con los datos previos con los que contamos.
  • LA ANTROPIZACIÓN SEGÚN LA PALEOBIOGRAFíA E HIPOTESIS PRESENTES


  • Partimos de una primera consideración con el análisis de un acontecimiento de desertificación acaecido en el sudeste de la península Ibérica: El registro fósil señala que, desde que comenzaron los efectos de la antropización en la península Ibérica, hace unos 5.500 años, las variaciones climáticas en el sureste peninsular han sido muy relevantes y, tras los milenios de deforestación masiva y otros impactos antropogénicos, pasó de un clima estable mediterráneo a tener un clima desértico, con menos de 400 mm por año de lluvias, por lo que se expresa claro que la actividad antrópica fue causa fundamental de un cambio de clima en la zona, Este cambio climático se produjo paulatinamente a través de milenios, cuando ya apenas quedaron pocos restos de sus bosques naturales a causa de los efectos de las diversas clases de antropización clásica conocidas. A pesar de ello, ha conservado hasta el momento presente, lluvias torrenciales estacionales, debido a que, aunque con grandes calvas, todavía existen suficientes grandes masas de bosque en el resto de la Bética hasta el Atlántico, que permiten que los frentes se expandan no sólo hacia las zonas intermedias de la Bética, sino también hacia el extremo del sudeste peninsular, hoy estepa o desértico. Como ya han destacado diversos autores, los bosques son los que emiten la humedad ambiental necesaria para que sucedan, no sólo las lluvias locales, sino también las estacionales, que son trasladadas desde el océano al interior de la tierra, de ahí la importancia de conservar y fomentar el bosque costero para este último caso. 
  • - Apoyados en los estudios paleobiogeográficos de este acontecimiento del sudeste Ibérico, la primera premisa de hipótesis que trabajamos entonces es que, con antropización excesiva a través de la deforestación, minería y el aprovechamiento de agua para explotaciones diversas en la tierra, entre otras intervenciones clásicas para la obtención de recursos, un cambio substancial de clima no se produce a corto plazo, sino a través de cientos de años o milenios, según que caso; mucho menos si se conservan suficientes cantidades de bosque que puedan mantenerlos. Tal premisa nos lleva también a la conclusión que la desertificación plena dentro de un marco de clima mediterráneo estable, como el que tenemos desde el comienzo del holoceno en la península Ibérica, con este tipo de intervenciones no se produce tampoco hasta que no hay deforestación casi completa del territorio y/o una explotación excesiva de los recursos. Con todo ello, el medio y largo plazo y la gravedad del impacto en tanto a cómo podrían afectar la aceleración del proceso de desertificación y del cambio climático subsiguiente, en caso de que no se tomen las medidas oportunas de cambio en el sentido positivo contrario, son las claves a considerar dentro de esta primera premisa de hipótesis
  • - Una segunda premisa de hipótesis, sería la observación de los cambios climáticos naturales dentro del proceso tan complejo como son las glaciaciones y sus interglaciales, para dilucidar someramente las posibles tendencias naturales presentes que podrían estar influyendo en el clima mediterráneo. En general, la tendencia durante todas las glaciaciones fue de un clima mucho mas frío y seco - con una diferencia negativa de hasta 8 grados-. En estos periodos fríos, la pérdida del bosque fue muy importante, los bosques mesófilos retrocedieron considerablemente, buscando refugio en los lugares mas calientes, dando paso a bosques mas resistentes de coníferas, juníperos, etc. y a otro tipo de vegetación de las estepas frías, en las zonas menos favorables, como las gramíneas. El interglacial Eemiense de hace unos 140.000 años, fue el último periodo cálido anterior que conocemos, con un clima bastante parecido al Holoceno, aunque más húmedo, cálido e inestable (M.B.Muñoz García at.al. 2008), pudiendo llegar a tener temperaturas de hasta 4 grados más que actualmente. En este periodo interglacial en el clima mediterráneo particular, con ausencia de impacto antrópico, la tendencia fue que los bosques mesófilos se extendieran y que los Quercus, con sus diversas maquias, sustituyeran a las coníferas, formando bosques y configurando un ambiente caliente y principalmente húmedo estacionalmente en los periodos más intermedios de otoños y primaveras. De manera general, el clima mediterráneo en los periodos interglaciales, incluido el actual Holoceno, fue y es mucho más cálido y húmedo que durante las glaciaciones, lo que todo parece indicar que, sin actividad antrópica, lo natural es que la falta de precipitación este relacionada con el frío excesivo medio y no con lo caliente excesivo medio, ya que los periodos interglaciales se han destacado precisamente por una mayor precipitación unida a temperaturas más altas, a diferencia de las glaciaciones, con menor precipitación y temperatura.     
  • Por otro lado, esta segunda premisa nos aporta una idea clara de que, de forma natural, los cambios substanciales climáticos interglaciales marcan una tendencia favorable para la vida de los humanos y no se producen tampoco a corto plazo, sino que requieren tiempos relativamente largos. Con todo ello, la historia nos dice que el bosque, beneficio para la naturaleza y para el humano y que tarda cientos o miles de años en crecer y expandirse, es consecuencia de un clima cálido y húmedo, por lo que, dentro de esta fase, solo es posible concebir sucesos de cambios negativos para la vida humana, por los impactos que ella pudiese contener, en estos casos, la deforestación y la destrucción de los ecosistemas naturales. 
  • Por lo tanto, con estas dos premisas primeras, para la ciencia paleobiogeológica, la enseñanza es que, de forma natural y con la tendencia de estos últimos 3,5 millones de años, no es al calentamiento en sí mismo a lo que hay que temer, sino a la glaciación, a su debido tiempo, y, en estos tiempos, a la sequía sobrevenida en tiempos calientes por los impactos antrópicos, con lo que el fomento y la conservación del bosque y la disminución de los agentes extractivos de recursos humanos, dentro de estas dos premisas, serían los factores de antropización positiva de restauración (para la contra-antropización negativa) que podría devolver el clima correspondiente a una fase naturalmente caliente y húmeda. 
  • Por otra parte, no hay que quitar la vista a un dato muy importante y es que durante el interglacial Eemiense, debido a las temperaturas superiores a las que tenemos en el actual Holoceno, los océanos se calentaron y los polos se derritieron considerablemente, con lo que el efecto invernadero, con su mayor cantidad de CO2 en la atmósfera liberados desde los océanos, de forma natural, provocó un aumento de los niveles oceánicos, con lo que muchas costas quedaron inundadas. Este hecho, no influyó sin embargo en una menor pluviosidad, más bien lo contrario, tal como hemos visto, con lo que en el periodo Eemiense, el aumento del gas invernadero dióxido de carbono (CO2) de gran magnitud, provocado por temperaturas mucho más calientes, no influyó en el clima general del planeta para que hubiese menos lluvia, sino para derretir los polos y subir los niveles del mar. Sin los gases invernaderos, la temperaturas se encontrarían por debajo de cero y la pluviosidad mucho menor, con lo que la vida sería casi imposible, ya que estos sirven para calentar el clima lo suficiente para que esta exista; por ello, en principio, un calentamiento de hasta cinco grados producido naturalmente, que es lo que tenemos constancia, no sería causa principal de sequías generales, sino de mayores niveles de lluvia y el derretimiento de los polos.
  • Hay hipótesis que trabajan sobre la idea de que al final de este periodo, al estar marcado por una disminución de temperatura, los niveles de CO2 disminuyeron en la atmósfera y se fijaron en los océanos, con lo que se produjo un enfriamiento general lo suficientemente impactante como para que sobreviniera de nuevo el Glaciar Wurm, que duró más de 100.000 años. Si seguimos esta hipótesis, el enfriamiento del clima viene acompañado de una menor acumulación de CO2 en la atmósfera y una mayor concentración en los océanos, y no de un calentamiento, que sería su caso inverso interglaciar, con lo que, a priori, nos pone en una posición a considerar que, desde el punto de vista paleobiogeográfico, la menor pluviosidad no ha venido hasta ahora por climas calientes, acompañada de una mayor concentración de CO2 en la atmósfera, sino por climas fríos acompañados de una menor concentración de CO2 en la atmósfera. Esto nos pondría el enfoque sobre otras causas antropozoogénicas posibles y las comentadas en las dos primeras premisas, entre ellas la deforestación excesiva, que muy probablemente, se encuentran relacionadas con la desertificación, y es donde sí tenemos pruebas fehacientes seguras del impacto negativo de la sequedad que provoca en el clima, naturalmente cálido y húmedo. 
  • Teniendo en cuenta todos los datos expuestos hasta ahora, nos lleva a ciertas contradicciones sobre lo que conocemos de la historia y lo que está sucediendo hoy. Por eso, es muy relevante considerar la diversidad posible de los efectos antrópicos actuales que nos pone en una tercera premisa.          
  • - La tercera premisa de hipótesis trata sobre las diferentes clases de impactos, vistas conjuntamente, de los acontecimientos presentes que suceden paralelamente tratando de compararlos con los datos paleobiogeográficos que tenemos. Estas son: las excesivas emisiones de CO2 y otros gases a la atmósfera por la quema de combustibles fósiles, las continuadas deforestaciones extensivas junto a las otras ya clásicas antropizaciones por la explotación de los diferentes recursos, la contaminación moderna por los químicos usados yeso productos plásticos y sus derivados, las basuras diversas depositadas en todos los elementos del medio (tierra, agua y aire) y los efectos adversos (contaminación) de una tecnologización de todos los sistemas de vida y de producción. Todas estas variables, que conjuntamente no se han presentado en lo que llevamos de cuaternario, nos pone en un territorio desconocido. En principio, todas las conclusiones a las que lleguemos, se mueven dentro de un rango hipotético muy poco seguro, con lo que, aún a sabiendas de mantener ciertas evidencias, no pueden ser establecidas sino a través de los años siguientes que sucedan en el futuro. Esto no significa que no podamos incidir positivamente en estas causas, significa que todas las causas conjuntas son completamente inéditas para el conocimiento humano. 
  • Según las gráficas comparativas aportadas por Alba Sánchez at. al. (2021), se puede observar que en la llamada Pequeña Edad del Hielo, entre, aproximadamente, los años de 1.500 a 1.600 de nuestra era, hay una fase seca y fría, después de ese tiempo, observamos normalidad de la Temperatura Superficial del Hemisferio Norte hasta el año 1.950, donde comienza un periodo más caliente y menos húmedo. Tras la sequía extrema del final de la Pequeña Edad el Hielo, las lluvias se recuperaron y se mantuvo estable, aunque no llegan a los valores que había anteriores al 1.500; no parece albergar duda que la actividad antrópica, con sus quemas y deforestaciones masivas de aquellas centurias, es la causa directa de esa menor precipitación. Desde el año 1.950, las precipitaciones se mantienen aunque con más inestabilidad y, conjuntamente, se va produciendo un calentamiento, pero no es hasta principios de este siglo XXI, donde se produzca un cambio importante de temperatura que sobrepasa los 0,4. Estamos hablando de apenas 20 años. Lo importante a destacar es que, aún con las sequías estivales normales o periodos secos como los de finales del siglo pasado, hasta hace apenas dos años (2.020), no sucede la insólita conjunción entre supra-calentamiento excesivo y supra-menor precipitación.   
  • Con todo lo expresado, la antropización clásica por la quema y deforestación de bosques para la agricultura, la ganadería y las madereras, unida la explotación de recursos por minería y otras industrializaciones clásicas, parecen ser las causas directas de no recuperación de los valores de precipitaciones anteriores al 1.500. El crecimiento de la industrialización, con el uso extensivo de químicos y las emisiones de tóxicos y gases diversos a la atmósfera, fundamentalmente desde principios y mediados del siglo XX, ha provocado impacto en las temperaturas, pero ha mantenido sus valores de precipitaciones, aunque inestables, hasta el 2020. En los dos últimos años estamos experimentando un cambio exponencial del clima en muchas zonas del planeta, que en la península Ibérica se han expresado con sequías y temperaturas extremas, nunca antes registradas a lo largo de todo el cuaternario. Las causas por antropización parecen ser evidentes, pero no sabemos aún, por falta de experiencia y datos, sus incidencias contenidas con suficiente completud.
  • La experiencia paleobiogeográfica nos destaca que un calentamiento produce una mayor cantidad de CO2 a la atmósfera por su propia naturalidad, y esto es beneficioso para la supervivencia humana y los demás seres vivos de esta tierra. Digamos que la variable CO2, desde el punto de vista natural y dentro de una normalidad interglacial, solo indica calentamiento natural beneficioso acompañado de mayor precipitación. Según ciertas conclusiones científicas, mayores cantidades añadidas de CO2 en la atmósfera, generan cambios substanciales dentro de las temperaturas, provocando un mayor calentamiento, pero no tiene porqué estar, en principio, condicionada a una menor precipitación, más bien debería ser lo contrario. Sin embargo, no estamos hablando de un CO2 naturalmente producido, sino inducido artificialmente por supuesto avance tecnológico, con lo que estamos en intervenciones artificiales acumuladas desde hace aproximadamente 50 años que podrían estar generando cambios imprevisibles. 
  • Lamentablemente, por el lado de los químicos, en todas sus diferentes vertientes de uso, no contamos con suficientes y amplios estudios relativos al medio ambiente y sus consecuencias en el clima y en los seres vivos, debido a los agentes químicos depositados en la atmósfera, en las tierras y en las aguas. Su uso diverso tiene como unos 70 años y esta variable parece que no se le ha dado la suficiente relevancia como causa negativa de antropización aún, siendo realmente importante conociendo de su uso extensivo para diversos fines. El desarrollo de la tecnología está directamente relacionada con esta variable última relacionada con el uso de los químicos, pero también se relacionan con el uso de plásticos con sus derivados y metales diversos, y han producido otras nuevas, como la contaminación por emisiones electromagnéticas. En el caso de las causas de antropización por crecimiento exponencial de la tecnología dentro de los últimos años, con sus diferentes contaminaciones sobrevenidas, no contamos con datos históricos, pero marcan una importancia vital dentro de las causas antrópicas en la modificación del clima y la calidad de vida de los seres vivos de este planeta. Este es el motivo por lo que necesitamos una nueva premisa que actúe desde este presente para poder complementar las 3 primeras premisas.      
  • - La cuarta premisa de hipótesis a considerar, y a añadir a los otros tipos clásicos de antropización (deforestación, industrialización y el uso de químicos en la agricultura y la ganadería en los últimos 70 años, que incluye también la combustión de materiales fósiles, etc.), es el impacto antropozoogénico debido al crecimiento (cualitativo-cuantitativo) de las intervenciones artificiales más modernas que generan un exceso de contaminación en nuestro medio ambiente y en los seres vivos que viven en él, con los cambios climáticos negativos subsiguientes. Dentro de esta nueva premisa, estamos en una situación de conocimiento más debilitada que en las otras ya mencionadas, porque no contamos con datos ni presentes ni históricos suficientes, ya que nunca antes ha existido, que tengamos constancia y salvo lo acontecido y acumulado en los, aproximadamente, últimos 20 años y, sobre todo, en la ultima década. 
  • Lo que si se destaca, es que el crecimiento exponencial de la tecnología, a niveles casi inconcebibles para la humanidad, viene acompañada también de un exponencial cambio de clima. El crecimiento de CO2 ha sido paulatino sin parar de crecer, y parece ser que continúa esa tendencia si no lo paramos, y es insoslayable considerar este tipo de antropización, sin embargo, deja pocas dudas considerar que la exponencialidad que vivimos en el clima, viene marcada también por una misma exponencialidad de crecimiento en la tecnología, por lo que hay que tenerla muy en cuenta a la hora de valorar todas las posibles causas antrópicas de cambio climático, así como de las diferentes clases de afección sobre la salud natural de la Naturaleza y el humano. 
  • La tecnología ha crecido mucho más de lo que la humanidad y la misma naturaleza puede sostener, los impactos de este crecimiento, tal como ya se ha expresado, es aún inédito y totalmente desconocido. Este territorio en el momento presente nos deja sumidos en un estado de confusión y misterio con hipótesis variopintas sobrevenidas que no contienen todavía evidencia universal alguna. En la búsqueda de soluciones para frenar los efectos de la antropización sobre nuestro medio, el ámbito donde podemos manejarnos es el de aquella reflexión contenida desde todos los conocimientos humanos que analicen con sumo cuidado el total de las causas antrópicas, sin excepción y sus posibles soluciones.
  • El avance de la tecnología humana permitió una supuesta mejora del bienestar humano durante toda nuestra historia, sin embargo y paralelamente, las consecuencias sobrevenidas causaron también mucho daño al medio ambiente y, con ello, a la misma humanidad. Este hecho es ineludible, con lo que un crecimiento exponencial tecnológico, como el que estamos viviendo ahora, no puede producir otra cosa que un daño mayor a la Naturaleza y a la humanidad contenida en ella con la misma exponencialidad. Por ello, con nuestras cuatro premisas sobre la mesa, no sería sino a través del decrecimiento tecnológico, cómo podríamos resolver esta ecuación de situación negativa del medio natural, su clima y la humanidad. Cuestiones subyacentes a considerar, con ello, sería el análisis completo y certero de ese supuesto bienestar humano y la ética contenida en las soluciones posibles tecnológicas que se plantean, así como la consideración de que tal decrecimiento tecnológico debería significar también un apoyo al decrecimiento, en muchos casos total, del uso de químicos, de las emisiones de CO2 y demás gases, de la producción de plásticos y sus derivados, así como de las basuras y otras contaminaciones diversas, para evitar seguir aportando sustancias nocivas de manera artificial y dejar de contribuir al calentamiento, tal como ya se viene expresando desde las posturas de defensa de la Naturaleza y para dejar también, de manera fehaciente, de contaminar la naturaleza y al humano contenido en él (dentro de esta consideración, entraría el análisis del decrecimiento de la producción de bienes y servicios innecesarios).



  • ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL DECRECIMIENTO
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  • Enfocándonos en el tema de las soluciones que marcan los valores del necesario decrecimiento con la intención de frenar las causas antrópicas clásicas y las más modernas, contenidas en las cuatro premisas de hipótesis comentadas en el apartado anterior, en este nuevo apartado de reflexión, intervendrían la siguientes variables:
  • - Primera variable: El decrecimiento de la explotación de recursos y la deforestación
  • Es esta la variable más histórica y comienza su afección con su crecimiento imparable, aunque de manera paulatina, desde que el humano empieza a aplicar sus primeras tecnologías en la agricultura, la ganadería y la extracción de recursos. En la península Ibérica comienza aproximadamente sobre el año 5.500 antes de nuestra era, pero no será hasta las intervenciones masivas de la cultura del Algar, que se empiecen a dar señales de cambio climático evidente, por sus acciones continuadas, algunos miles de años después, con ya casi todo el territorio deforestado y explotado, sobre todo en sus ámbitos de acción, que fue, y sigue siendo, el Sureste de la península Ibérica. 
  • La paleobiogeografìa demuestra con toda claridad que la causa primera y más importante de antropización y de cambio climático es la deforestación y la explotación de recursos. Con ello, es razón suficiente para plantearse un decrecimiento de esta causa primera. Para que tal decrecimiento pueda implicar no solo un freno de las causas, sino también una mejora más rápida, necesitamos intervenir positivamente. En otras palabras, si queremos mantener el bienestar humano y de la naturaleza, para decrecer en algo, necesariamente tenemos que crecer en otra cosa, si no, quedaría una sociedad humana y una Naturaleza inmovilizada. Aunque insoslayables, por supuesto, ya que necesitamos concedernos el tiempo necesario puesto que los retornos naturales son muy lentos, hay que actuar positivamente sobre esa naturaleza para ayudar a que se mantenga una mejora ascendente presente. La reforestación y la intervenciones para ayudar a recuperar los ecosistemas perdidos junto a la naturalización de nuestras acciones de vida y consumos, son alguno de esos valores. 
  • Sumándose a las también importantes labores forestales de territorios protegidos o abandonados, en agricultura Natural, aparte de sustentar un cuidado y respetuoso trabajo de cultivo, albergamos un sexto principio que se llama bosque Natural de alimentos, y dentro de él se propone la reforestación dentro de los campos de cultivo. Si la deforestación para la explotación, fue causa principal de cambio de clima y la destrucción del medio ambiente, no hay otra posibilidad dentro de este decrecimiento de la deforestación, que reforestar las zonas que antaño fueron bosque y daban equilibrio a los ecosistemas. No se pierde de vista el valor del bosque, que es primer motivo de regeneración, siendo causa primera de fertilidad de tierras, aguas y aires y el mismo origen del bienestar humano y de la naturaleza. Todo agricultor debe ser responsable de su tierra y asegurar que en su parcela de responsabilidad, al menos en un 40%, según se ha estimado en este principio, deberían ser plantados de árboles silvestres no explotables o mínimamente explotables. Con ello, en términos microeconómicos, también debe asumir el decrecimiento en cantidad de producción y aumentar la calidad gracias a prácticas respetuosas que, en términos macroeconómicos de medio y largo plazo, se traduciría en un crecimiento justo. Esta aportación a la reforestación y al crecimiento de naturalidad de forma microeconómica, para que sea factible y suficiente, debería estar sostenida y apoyada con una macroeconomía capaz de asumir también tal decrecimiento inicial. 
  • Es de vital relevancia, insistir en que los ecosistemas trabajados desde su recuperación natural y su cultivo respetuoso, no sólo son capaces de redirigir positivamente a su naturaleza primera los ambientes ecosistemáticos en toda su extensión, sino que también permiten la captación de un gran porcentaje de los excesos de emisiones de gases invernaderos, uno de los motivos de la segunda variable de decrecimiento. 
  • Del mismo modo, en cuanto a las minerías, las ganaderías extensivas y otras industrias de explotación de los recursos que destruyen el territorio, con sus tierras, aguas y sus aires incluidos, y son también causa directa de cambio de clima, el principio sexto de la Agricultura Natural es también perfectamente aplicable. El decrecimiento de la obtención de los recursos, implica necesariamente encontrar alternativas también de consumo, no por ello más tecnológicas sino más austeras, que se enfoquen también en la calidad-necesariedad y no en la cantidad-innecesariedad y que alberguen también ese 40% de bosque silvestre.
  • -Segunda variable: El decrecimiento de las causas modernas relativas al uso de químicos, las emisiones de CO2 y demás gases, la fabricación de plásticos y sus derivados, las basuras y otras contaminaciones diversas.  
  • El primer principio de la Agricultura Natural, mencionado por Fukuoka, habla sobre la necesidad de eliminar completamente, sobre todo en algunos casos, el uso de químicos en la agricultura. Este principio es básico y fue el motor de la revolución posterior de la agricultura ecológica y de las demás tendencias alternativas. Pero no queda aquí, dentro de este marco de Agricultura Natural y desde el pensamiento Vida Natural Consciente, este principio no sólo se reduce al ámbito del cultivo, sino al resto también de las actividades humanas dentro de las actividades de la “agro”, que no es más que la misma agricultura desde el punto de vista amplio. Las razones son obvias y han sido prescritas en diversos trabajos. En este contexto, nos interesa mencionar sobre la gravedad que implica el uso de los químicos en la salud de los seres vivos y de la tierra, aguas y aires, así como en el clima. Es de importancia vital y existen razones sobradas para considerar que, ante los acontecimientos presentes y pasados recientes, se tomen las medidas oportunas urgentes y fulminantes para tratar este decrecimiento. 
  • En cuanto a la causa de las emisiones de CO2 y otros gases tóxicos, existen muchos estudios sobre la mesa esperando a ser debatidos y considerados dentro del rango de las múltiples disciplinas y ciencias que deberían intervenir para tomar valores certeros y universales para el correcto camino del decrecimiento. En este caso y puesto que el esquema de soluciones toca muchos ámbitos de la vida humana que hemos llegado a concebir como bienestar en estos últimos 70 años, incluida la ética, entre otras, la tercera y cuarta premisas de hipótesis se hacen fundamentales, ya que, debido a la falta de experiencia e historia en cuanto a las consecuencias de medio y largo plazo de las emisiones modernas de CO2 y otros gases por la quema de combustibles fósiles, no nos queda más remedio que acudir a la holística completa, con la intervención de todos los conocimientos humanos. Sin olvidamos, por supuesto, de lo comentado dentro de la primera variable de decrecimiento, que reclama la imprescindible reforestación y una recuperación de los ecosistemas, como una importantísima fuerza de compensación y de captación de gases, se da apertura también a la necesaria disminución de emisiones, dentro de un ámbito de decrecimiento sensato.  
  • Ciertamente, y haciendo mención a la primera variable de decrecimiento, el asunto de “necesario e inútil” que alimenta una supraproducción, ha de tomar una postura coherente y consensuada respecto a las excesivas e innecesarias emisiones de CO2 y otros gases. Se cree, y es solo creencia, que para poder alimentar y crecer un supuesto sistema económico con bienestar de vida y consumo, hemos de mantener el crecimiento de bienes y servicios. Esto es un planteamiento reduccionista de una ciencia económica matemática que sostiene un sistema de capitales que no quiere asumir los riesgos de sus excesos, pero erróneo en tanto que de planteamientos de bienestar humano y otras consideraciones de economías alternativas. Las consecuencias son lo suficientemente importantes como para no seguir apoyando un sistema que, además de sostenerse en la inutilidad, crea enormes daños medioambientales y de felicidad humanas. No se puede perder de vista que, debido a este sostenimiento, un gran porcentaje de alimento acaba en la basura, la obsolescencia programada es otra de las causas que pueden ser resueltas con una tecnología básica que ya existe, puesto que existió en otra época, el consumo de plástico y de combustibles fósiles, el transporte devenido de las grandes masas de exportación e importación, para mantener la supra producción de las multinacionales y las grandes superficies de venta, es exponencialmente excesivo, y largo etc. 
  • Existen suficientes evidencias y conocimiento como para acometer un decrecimiento del PIB razonable que impidan más explotación de recursos y fabricaciones inútiles sin que cause ni pobreza ni daño importante en la población. Se ha tomado el decrecimiento del PIB como una causa de pobreza para la humanidad, cuando en realidad, haciéndose con coherencia y seguridad suficientes, apoyando el mercadeo local y las tiendas de toda la vida, la vuelta a la tierra, la independencia a lo inútil, la austeridad útil, el fomento de la evolución consciente, entre muchas otras medidas preventivas posibles, a los únicos que empobrecerían -en términos de no enriquecimiento exponencial-, serían a las multinacionales productoras, distribuidoras y vendedoras de esos múltiples productos inútiles y tremendamente contaminantes. 
  • El problema añadido a estas soluciones de decrecimiento reside en otra exponencialidad, y es la dependencia al sistema de capitales. Una gran parte de la población de hoy, dependen directamente de los trabajos que están relacionados con el sistema creado por las multinacionales y las grandes superficies, con lo que, un decrecimiento del PIB, afectaría inmediatamente a todas esas personas dependientes. Para que se pudiese producir un cambio que evite un caos económico, la única solución es albergar un decrecimiento paulatino y adaptándose a alternativas coherentes. Algunas tendencias creen que el crecimiento tecnológico no solo podría sustituir esta dependencia, sino que, además, mantendrían el crecimiento del PIB, pero esto es solo una opinión subjetiva que marca, únicamente, una sustitución de los poderes económicos y que nos pone en una tesitura de comparativa de intereses -guerra-, entre las diferentes multinacionales petroleras e industrias de combustión clásicas frente a las multinacionales químicas y suprateconológicas.   
  • En términos económicos de libre competencia, lo que la “macro” impone o controla, la “micro” queda subyugada y lo que la “micro” alberga en sus libertades, la “macro” se afecta en la misma proporción. El primero es dominado por las grandes compañías globalizadas y ordenadas según sus patrones y su mantenimiento, el segundo, que fue lo que dio lugar a lo primero por crecimiento continuado, termina por desaparecer cuando su límite tiende a infinito. Esto quiere decir que el crecimiento continuado e infinito de la macroeconomía sostenida y absolutista, con su ciencia inherente, no lleva a otro resultado que a la eliminación de la microeconomía en beneficio de la primera, con lo que no hay posibilidad de que la “micro”, que es la que provoca la necesaria oxigenación de la economía, pueda tener alguna posibilidad de acción. En otras palabras, la globalización de la economía mantenida por la “macro”, destruye toda posibilidad de decrecimiento para un nuevo crecimiento de la “micro”. Con todo ello, la conclusión es que no hay forma de decrecer si no es a través del decrecimiento de la “macro” en beneficio de la “micro”. Hablamos, en definitiva, de un crecimiento justo que compensa, con creces, el decrecimiento necesario. 
  • En un nivel de conocimiento humano sucede lo mismo. Lo que el razonamiento objetivo -por inferencia deductiva- globalizado, impone o controla, destruye toda posibilidad de existencia del razonamiento subjetivo -por inferencia inductiva-, con lo que el sistema pierde la posibilidad de oxigenación y de armonía y por tanto del necesario decrecimiento de lo que es excesivo, en este caso, de lo deductivo a favor de lo inductivo ( ‘Hablemos de ciencia’, J. Jamchen, 05-23)            
  • - Tercera variable: El decrecimiento tecnológico.
  • Aparentemente, y tal como se ha apoyado desde la Unión Europea, se ha supuesto y apoyado la idea de que el avance tecnológico podría conllevar mayor eficiencia, y podría contener soluciones para llevar a cabo ese llamado “decrecimiento justo” que asegure el bienestar y la estabilización del crecimiento del PIB, tal como se ha expresado en el sexto informe del IPCC. Sin embargo, estas posibles estrategias económicas, basadas en una hipótesis de consenso de ciertas ciencias, no están teniendo en cuenta un debate completo de todas las ciencias humanas que tenga en cuenta las afecciones y contaminaciones directas que la tecnología avanzada de hoy podría estar teniendo sobre la salud de los humanos y la misma naturaleza -y clima-, sobre la naturalidad de los acontecimientos, como son, por ejemplo, las intervenciones genéticas en plantas y demás seres vivos, o sobre aspectos insoslayables de la ética inquebrantable ganada a través de los miles de años, entre otras cuestiones relacionadas. Del mismo modo, tampoco se está teniendo en cuenta que una estabilización del PIB con decrecimiento de las emisiones de CO2, solo es posible si las “macro” siguen tomando el poder de la economía a favor de la tecnología y otras industrias y en contra del crecimiento de las industrias que emiten CO2. El resultado, como ya se ha advertido en la variable anterior, no es otra cosa que un cambio de manos de poder, incrementando aún más la desaparición de las “micro”, con lo que no habría decrecimiento real y el único beneficio sería, de nuevo, para las multinacionales tecnológicas, químicas y sus derivados político-económicos, además del peligro contenido de la posible pérdida ética que albergan las tecnológicas, según parecen expresarse en los últimos años.  
  • En cuanto a las supuestas reducciones de CO2 con el cambio de poderes, es un tema que aún no está nada claro. Existen estudios que plantean una duda muy real sobre si las industrias de nueva tecnología van a emitir menos CO2 para mantener al mismo nivel lo productos y los bienes y servicios actuales. A esta problemática, se le añade la peligrosidad de ciertas prácticas de alta tecnología, entre ellas, la explotación de metales, plásticos, etc. para la construcción de esos bienes y servicios, la continuación del uso de químicos, las contaminaciones electromagnéticas debida a los desarrollos exponenciales de los nuevos sistemas de comunicación, las alternativas supuestamente “sostenibles” que albergan una altísima peligrosidad, mayores que los actuales, como el reactor nuclear de sodio, entre otros, y largo etc.   
  • Con todo ello, para poder albergar un decrecimiento verdadero que beneficie a la naturaleza y a la humanidad conjuntamente, no habría otro camino que asumir el natural decrecimiento del PIB, de tal forma que todas y cada una de las multinacionales, dueñas de la “macro” actualmente, queden en decrecimiento también. Esto posibilitaría que las “micro”, con todas sus gentes, pudieran actuar y tuviesen la capacidad para limpiar y revitalizar la economía a niveles razonables. La no dependencia a la “macro”, sería entonces uno de los principios a desarrollar dentro de ese decrecimiento real. Aunque cueste admitirlo, sobre todo para el ámbito de los poderes económicos, una supuesta “crisis económica” que afecta a las grandes multinacionales sería necesario, pues mantener la economía en los estados actuales, es ensuciarla aun más y da poder ilimitado excesivo a las grandes multinacionales que controlan todos los organismos de decisión sobre la sociedad, pero debemos saber que una crisis bien llevada desde una “macro” alternativa que sea natural y consciente, que cuida de la naturaleza y de los humanos, sosteniendo lo vital e importante y respetando y haciendo respetar los derechos fundamentales, limpia los mercados y esa limpieza purifica los estados económicos para un nuevo nacimiento dentro de esas libertades inalienables. 
  • En definitiva, el decrecimiento que estamos hablando, no significa un decrecimiento de las economías ni de las libertades de las gentes, sino de las economías y libertades inapropiadas de las grandes multinacionales que no están respetando al pueblo, que es la gran mayoría y que, no sólo son las cosas directas de antropización, sino que, además, están negando la posibilidad de que haya una naturaleza y un ser humano libres; por eso, una “macro” decrecida pero bien direccionada y controlada, segura y con una ética impecable, que protege y respeta el desarrollo natural y libre de las “micro”, también respetuosas y con una ética impecable, es un orden público consciente y auténticamente democrático. Es ese el verdadero bienestar que puede ser asegurado al pueblo y no otro. 
  • La naturaleza es importante, y tenemos la obligación de cuidarla en la misma medida que cuidamos a la humanidad, pero no será sino a través de la libertad de la naturaleza, como podremos albergar nuestra propia libertad, van de la mano, por eso, también decimos con la misma fuerza que no será sino a través de la libertad del humano, como podremos albergar la libertad de la naturaleza.    




lunes, 17 de abril de 2023

La libertad de la Naturaleza


Corren tiempos muy confusos para todos. Lo que parecía de un determinado color, de repente es de otro; lo que nos parecía de confianza, se vuelve desconfiado; lo que nos daba seguridad, ahora es inseguro; aquello que amábamos profundamente, en este instante lo detestamos; lo que creíamos como verdad, hoy es para nosotros una mentira cierta. Si nos fijamos bien, lo que está sucediendo es que, a través de la manipulación mediática, se está produciendo un terrible derrumbamiento de la ética humana con su alegría inherente de seguridad y, dicho sea de paso, no hay mejor situación que esta, para imponer una nueva, a imagen y semejanza de ciertas voluntades. 


En general, podemos decir que el victimismo social es la fase que vivimos hoy. Una fase que es carne de cañón para fomentar el sentimiento de culpa personal y social ante el inminente desastre que se nos viene encima, otra circunstancia añadida a la confusión. En relación a los que nos toca ahora, es innegable que el clima está cambiando, que hace más calor y llueve menos, e incluso, casi nada en algunos lugares. La naturaleza se resiente por ello, agoniza de sed, los bosques mueren por las sequías extremas y por los fuegos. Sin embargo, debemos reflexionar sobre cosas muy importantes si queremos salir de este desolador embrollo antes de que nos sintamos más culpables. 


El humano siempre siente una doble necesidad contradictoria. Por un lado, necesita sobrevivir y recoger los frutos de su trabajo, ya sean estos en forma de comida, o en forma de otros muchos recursos, sean más o menos necesarios todos ellos. Por otro lado, necesita que todos esos recursos sean ilimitados en el tiempo, y que no destruyan su fuente, de ahí nace el concepto de sostenibilidad. Bien, esta es la situación, la preocupación y el móvil para los nuevos tiempos que pretenden crear una nueva manera de vida humana para ser sostenibles en este planeta tierra. Esto tiene diferentes vertientes.


Para algunos, desgraciadamente, la solución radica en las tecnologías salvadoras y, con ello, el control global de las voluntades humanas y la voluntad de la naturaleza, para otros, sin embargo, la solución no radica en esas tecnologías, pues éstas no son consideradas como fuentes de salvación, sino como fuentes y causas directas de toda destrucción. Las soluciones de la segunda vertiente pasan, precisamente y entre otras cosas, por el abandono del control directo de los acontecimientos en la naturaleza y en las voluntades humanas


Como defensor de esta segunda vertiente desde la Agricultura natural de Vida Natural Consciente, que contiene, plenamente, las libertades humanas y de la naturaleza, quisiera decir, que abandonar este control directo y estar pro-libertad, no significa ni el caos, ni la confusión, ni la falta de ética, más bien, es todo lo contrario. Para que la humanidad pueda vivir de manera sostenible, en paz y armonía consigo mismo y con la naturaleza, debe, necesariamente, acoger unos principios éticos fundamentales que aseguren tales bondades libertarias, tanto de un lado como de otro. Y parte de esta ética consiste en permitir la libertad de la Naturaleza. 


En tiempos muy recientes, durante aquella supuesta pandemia declarada oficialmente, me expresé sobre estos temas de las libertades humanas, continúo siendo fiel a tales manifestaciones, es más, creo profundamente que deben continuar siendo la base de toda dirección a tomar. En la misma línea de entonces, advertir que dichas libertades humanas, deben expresarse con el respeto que debemos a la libertad de la Naturaleza, que es el tema que nos toca ahora. En otras palabras, del mismo modo que defendí en su día la libertad individual para con la libertad social, ahora defiendo la libertad de la naturaleza para con la libertad de la humanidad. Si la Naturaleza no se puede expresar libremente tal como es, con sus idiosincrasias, sean estas no siempre a gusto de determinados intereses humanos, no es posible que haya armonía entre el humano y la naturaleza, y, por tanto, no es posible que exista sostenibilidad, pues nada armonioso puede nacer desde el dominio, la imposición y el control.


Todos estos temas que expongo hoy en la mesa de reflexión, contienen muchísimos detalles, imposibles de tratar de una sola vez. Se trata de formarnos para mantener una actitud que sea verdaderamente crítica y positiva con la intención de que, entre todos y con la humildad y alegría necesarias, podamos colaborar a abrir los ensayos pertinentes y las soluciones, tanto desde nuestra parcela individual, como desde nuestra parcela colectiva. Yo pienso que debemos ser muy claros y comenzar a despertar los instintos naturales que nos avisan sobre lo que es correcto y no lo es, independientemente de cómo reaccionen los poderes mediáticos con sus intenciones programadas. Si existe manera de salir este caos y albergar la felicidad y alegría implícitas que hay en nuestro ser natural, no será de otra manera que expresando libremente lo que ven nuestros ojos, sienten nuestros oídos, nuestro tacto, muestro olfato, o nuestra mente más simple. 


Para los que vivimos dentro de la naturaleza y esforzándonos diariamente en la reforestación de las tierras, es profundamente triste ver el panorama que muestro en la imagen de hoy con detalle de la gran cantidad de árboles muertos frente a mi vista diaria y la de otros muchos, en estas condiciones, el trabajo de reforestación se hace insostenible. Por ello, desde la parcela muy humilde que nos corresponde, me gustaría expresarme, sé que en nombre también de muchas personas, haciendo la petición pacífica a los que sean responsables, de que el control y la manipulación del clima y la naturaleza en general deberían ser abandonadas, sean con las intenciones que sean para el primer caso y con el NE QUID NIMIS necesario y según que cosa para el segundo caso: las consecuencias de las acciones artificialistas ya son demasiado graves como para saltarlas por alto.


Hace poco me fueron expresadas, coincidentemente, palabras sabias desde algunas parcelas de mi confianza, quisiera albergarlas también en mi corazón y compartirlo en este momento, que no se nos olvide nunca. En palabras de un buen amigo: “somos libres para albergar la alegría en nuestro corazón por estar vivos y no ser partícipes de este desaguisado y no sentirnos culpables de los que está sucediendo”. Gracias y QUE ASÍ SEA. 




sábado, 18 de febrero de 2023

El alimento en Agricultura Natural


En el libro
Tratado de Agricultura Natural -La Tierra filosofal-, dentro del capítulo 4 dedicado a la Tabla N. C., expresé que “laTierra filosofal es el estado completo natural y consciente, fértil y sutil de la materia,  el hábitat del habitante natural-consciente y la causa de la vida”. Comprendiendo que “el alimento es aquella manifestación básica -de vida inherente- que nutre a toda la materia, sensibilidad y pensamiento existente” que incrementa la substancia, podemos entonces afirmar que el alimento, en toda su extensión, es la base fundamental de conocimiento de toda vida material e inmaterial, es decir, es su causa directa y, con ello, también causa de la Tierra filosofal.  

Dicho esto, nos damos cuenta de que sólo es alimento (natural-consciente) aquello que nutre completamente, esto es, incluida toda la materia, la sensibilidad y el pensamiento y no es aquello que se le supone que nutre una parte y no las otras. Por ejemplo, un alimento proveniente de plantas artificializadas, o lo que es lo mismo, con procesos artificiales de germinación, desarrollo, etc., aunque parezca que nutre, se encuentra escaso y pobre en cuanto a la acción de nutrición de toda la materia, sensibilidad y pensamiento y no contiene sus naturales nutrientes, con lo que no nutre suficientemente a ninguna naturaleza, incluida la humana. Por lo tanto, no es alimento completo. Lo que sucede, en realidad, es que dicho alimento no sólo no alimenta, sino que además contiene antinutrientes -muchas veces tóxicos- para la materia, la sensibilidad y el pensamiento, con lo que es un falso alimento, esto es, un pseudo-alimento


En relación al medicamento, considerándolo como aquello que repara y siendo el alimento como aquello que aumenta la substancia, continúo en la Tabla diciendo que “un alimento que no restaura a la vez que incrementa la substancia no nutre correctamente”. Esto quiere decir que la nutrición natural y consciente, es decir, la completa, aumenta la substancia y repara; y no conteniendo ambas, no es tampoco alimento completo.  


La Agricultura Natural actual, con su básica de conocimiento en la Tabla Natural Consciente, trabaja en la nutrición completa, con lo que, no solo intenta alimentar al ser humano en todas sus facetas íntegras de cuerpo y espíritu, sino que también intenta alimentar la Naturaleza ambiental en toda su completud, es decir, con las aguas, las tierras, los aires y los fuegos incluidos. Cuando ayudamos a alimentar esos cuatro elementos -alimentamos también cuando no accionamos y permitimos que la Naturaleza se manifieste en su propio designio-, lo que estamos haciendo es ayudar a manifestarse, por sí sola, la conjunción de esos cuatro elementos. Con los cuatro elementos conjuntados armónicamente, aparece, sin intervención ni voluntad humana directas, el quinto elemento, que es la vida, y que, por condicionantes históricos relevantes explicados en el tratado, hemos llamado el Ayu. He aquí la clave de entendimiento de la alquimia natural consciente, que es el trabajo realizado de todo agricultor natural. 


En la imagen de hoy, podemos apreciar rúculas con cilantros y acelgas embutidas en el bosque. Las tres especies han sido plantadas de semillas que llevamos años cultivando y contienen, por su idiosincrasia natural, alta capacidad alimentaria medicinal. La rúcula y el cilantro tienen cada uno sus preponderancias y acciones específicas, pero se asemejan en que ambos se encuentran entre los alimentos que más carotenoides contienen, aparte de sus otras muchas otras propiedades nutricionales-medicinales. Las acelgas, por su lado, es una verdura muy rica en vitaminas y minerales, destacándose también por su alto nivel de carotenoides y si se consume con rúculas, o mostazas, o algún otro alimento caliente, se compensa la frialdad característica de la acelga, con lo que, nos nutrimos de la misma cualidad compensada que se cultiva en la misma tierra. Si además, es la tierra que uno mismo trabaja y vive, entonces la incidencia armónica y completa, en sus aspectos nutricionales-medicinales y de vida, es aun mayor. Bienvenidos a la alquimia natural consciente!  

sábado, 11 de febrero de 2023

El alerce africano o araar


El alerce africano, también llamado ciprés de Cartagena o araar, es una reliquia botánica protegida
  y una conífera interesantísima para acoplar en nuestro bosque Natural de alimentos.

Es un árbol mediano, que apenas llega a los 7 metros de altura, con lo que podemos incorporarlo en diversos ambientes de nuestros lares comestibles muy fácilmente, resistiendo heladas suaves y le va muy bien las zonas cálidas, soleadas y secas de suelos poco profundos y pedregosos. 


Además de su valor ecosistemático que se asocia en ambientes donde aparecen lentiscus, Rhamnus lycioides, algarrobos, etc., es una planta que tiene uso medicinal desde muy antiguo.


En la imagen primera os muestro un ejemplar de Jardín Natural Jamchen ya adulto y en la segunda, un bosque autóctono en el Norte de África, donde se puede observar cómo forma hermosas conjunciones.


Felices reforestaciones!

El gran valor natural del tejo

 


https://agriculturanatural.net/el-gran-valor-del-tejo/

miércoles, 18 de enero de 2023

Cedro del Himalaya -Cedrus deodara-

 

Cedro del Himalaya adulto ya de unos diez metros de altura embutido en un bosquete de cipreses leylandis y otras coníferas como pino pinoneros, carrascos y eldárica - pino afgano-. A su alrededor le acompañan árboles como callistemón -limpiatubos-, álamos blancos, cipreses de California, nogal, níspero, algarrobo, etc... El almendro que se ve frontal a la derecha en la foto creció solo y es dulce, causalidades de la naturaleza.


Este lugar, hace 20 años era un desierto, no había ni un solo árbol y pegaba fuertes vientos desde la montaña de 2000 metros que hay atrás. Hoy, es un bosque delicioso pegado por el oeste a la casa, donde no se percibe apenas una brisa cuando vienen los bravos vientos del norte, salvádodolos también para los bancales de huerta más bajos. En verano disfrutamos mucho del ambiente fresco que nos aporta. 


El dato interesante es que este cedro ya sobrepasa a los cipreses, y fue plantado, con apenas dos cuartas, al mismo tiempo que los segundos, que son árboles de crecimiento veloz.

Feliz arbolada

 

Todo devenir del árbol está directamente ligado con todo devenir humano. Los árboles son nuestro origen, la paternidad de la humanidad, nos ofrece ilimitadamente los mayores de los regalos: alimento, medicina, el cobijo, la nutrición de la tierra, el motivo de la lluvia y la frescura. 


Desde la nada, el desierto provocado, el paraíso en esta tierra se comienza a construir con un solo árbol en el centro de nuestro jardín. De ese árbol, nos recuerdan las escrituras místicas, no se come, solo es el significado del respeto que le debemos a la Naturaleza. El beneficio para nosotros se halla en lo que no usamos también. 


Por todo ello, todo agricultor natural, sacrifica alegremente, al menos, la mitad de su tierra para devolver a la tierra lo que le pertenece y lo que hace que sea posible la vida, que son los árboles y otras plantas silvestres.


Hoy os presento un ejemplar adulto de más de 10 m de Pinus eldarica -pino afgano-, que convive, en sus lados, con un pino canario y dos pinos carrascos. 


Feliz arbolada!

viernes, 9 de diciembre de 2022

El camino correcto

 

El otro día me topé con un sobrecilo de azúcar que decía: “Cien pasos equivocados en el camino correcto es mejor que mil pasos correctos en el camino equivocado”. Esta frase anónima merece de una linda reflexión.


En principio, el camino correcto no debería ser aquel que dicen otros que lo es, el camino correcto debería ser aquel que uno, con capacidad critica, es decir, con pensamiento creativo propio, ha logrado engarzar con sus sentir. O dicho de otra manera, debería ser aquel camino que uno siente y piensa que es el correcto. Esto nos llevaría a la disyuntiva de pensar que cualquier cosa pensada y sentida por un sujeto podría ser correcta, pero es un pensamiento incorrecto, porque, dicho solo así, no contendría el engarce armónico con el sentir para que podamos considerarlo correcto. Veámoslo. 


Tanto el sentir como el pensar, en sus participaciones conjuntas, contienen múltiples formas que pueden ser positivas o negativas, para nosotros mismos como para lo demás, sin embargo, cuando ambas coinciden armónicamente en un sujeto, en un plano de acoplamiento de corazón y mente decidida, resulta que es positivo, aunque este suceso contenga pasos ‘equivocados’ que podrían aparentar que son ‘malos o negativos’. Lo increíble de este acoplamiento excepcional, es que lo que es positivo, desde tal acoplamiento, para el sujeto, lo es también para su entorno, es decir, para el objeto y, con ello, para lo colectivo. 


Pero, ¿cómo podemos identificar y estar seguros de que ha sucedido ese acoplamiento armónico y que, por tanto, designamos como correcto?. La única manera es descubriendo que aquello que pensamos y sentimos, nos retorna a la raíz de todas las cosas, es decir, nos da paz y visión amplia sobre aquello que siempre permanece; nos conecta, de manera certera, con lo que es imperturbable e imperecedero. 


Uno puede tener un pensamiento negativo que coincida con un sentimiento negativo, o un pensamiento positivo que coincida con un sentimiento negativo, o un pensamiento negativo que coincida con un sentimiento positivo, pero, aunque nos parezca eso correcto en un momento determinado, porque así lo pensamos y sentimos, esta coincidencia jamás es armónica por sí misma, porque la Naturaleza, que es imperecedera, te hará ver que todo aquello -que designamos como negativo-, aun con coincidencia con lo positivo, era equivocado, no era completamente positivo y no contiene, con ello, el acoplamiento armónico. La Naturaleza está por encima de cualquier experiencia de sujeto, pues Ella es ‘eterna’ y el sujeto no. Sin embargo, este hecho, no hace que el sujeto no pueda conectar con Ella, de hecho, sucede que, con nuestra capacidad de pensar y sentir correcto, todos aquellos pasos equivocados que tomemos no armónicos, debido a nuestra naturaleza perecedera, nos dirigen al pilar fundamental de lo eterno, siempre y cuando mantengamos el camino correcto, es decir, siempre que sepamos mantener la visión general sobre el acoplamiento armónico. Esto quiere decir que todo sujeto tiene la capacidad para conectar con el camino correcto, aunque se equivoque cien veces y esto nos lleva, directamente, al camino de la sabiduría, que es imperecedera, y que nos conecta con la auténtica esencia de la Naturaleza.  


“Mil pasos correctos en el camino equivocado”, significa apariencia de correcto porque puede contener algo positivo, pero no contiene, por sí mismo y como objetivo del sujeto, el acoplamiento armónico, por lo que el camino general es equivocado


En la imagen que muestro hoy, podemos apreciar un bosque donde destacan un arce japonés, con sus rojos preciosos, engarzado a un madroño que forman hermoso túnel que nos dirige a casa. Este es un camino correcto, así me lo dijeron, y me lo dicen aun, mi pensar y mi sentir en acoplamiento armónico, aunque, en el proceso de construcción, surgieran cien equivocaciones, que las hubo, sin ninguna duda. Atendamos a una cosa muy importante, esta hermosa expresión de la Naturaleza, no es ni única, sino una expresión determinada, dentro de un universo múltiple de expresiones posibles, que fue desarrollado desde un sujeto ‘equivocado’ que entendió, en su pensamiento crítico creativo y su sentir, no perder su propio camino correcto, y que, con ello, provocó, gracias a la propia energía de la Naturaleza libre, una armonía en el entorno y en otros sujetos dentro del bosque, con lo que todo se conectó, en este sentido, con la bellísima expresión de lo imperecedero. Este suceso está en la mano y puede ser enfocado dentro de cada uno de los sujetos humanos de esta tierra. Es esa la gran maravilla de la humanidad y la esperanza que nos lleva.


miércoles, 23 de noviembre de 2022

Un triste vaso de agua

 

Frentes y más frentes que arrasan la península con fuertes lluvias y fríos polares, que si lenguas de frío y no sé qué de suertes rarezas providenciales. Vale, esas son las noticias oficiales de las últimas tres semanas, sin embargo, la realidad es otra. Aquí, en el sur de España, en las montañas de la provincia de Málaga, a pesar de la abundante lluvia que venía, incluso con sus ya acostumbradas falsas previsiones, no han caído apenas un litro y pico por metro cuadrado, es decir, un triste vaso de agua dentro de un cubo con una boca de 25 cms. Las preguntas son: ¿Dónde están esos frentes que nos los vemos? ¿Cuál es la razón de tal engaño en relación a ese clima lluvioso imaginario que no existe y que debería existir según la idiosincrasia natural del lugar? 


Es bastante curioso que en el verano pasado, un “infierno inventado” nos atacara tan fuerte, con mapas vestidos de negro ceniza y rojos intensos inhumanos y, en realidad, quitando los fuegos, a buen seguro, casi todos provocados, fue un verano, más o menos, como siempre, solo que, eso sí, extremadamente largo; y ahora, cuando al fin entra el otoño, nos pinten iguales imágenes, pero tan optimistas e irreales, en su lado contrario. Lo que observo es que nos están escenificando una realidad inexistente, es decir, nos quieren pintar unos veranos extremadamente calurosos y unos inviernos extremadamente fríos y lluviosos. Y, la realidad, es que no es ni una cosa ni la otra, es mucho más grave que todo eso, se trata de un escenario no natural que está absolutamente planificado y que lleva un objetivo muy concreto. 



Nos encontramos a finales de noviembre del año de 2022, para esta época ya deberían haber caído, más o menos, la mayor parte de todas las lluvias otoñales. La media anual de lluvia en el lugar donde vivo es de 670 litros por m2. Si, hasta hoy, desde la primavera, no supera 1 litro por m2, y, aunque no tengo los datos, en primavera, no creo que llegara ni a los 30 litros por m2, no es muy difícil ver el parangón sobre la media. Terminando el año de 2022, estamos enfrentando unos 30 litros anuales, que es aún menos que la media del Sahara occidental, que es clima totalmente desértico donde ronda los 45 litros anuales, frente a los 670 litros, que sería lo normal, y que es lo que permite que este lugar siga siendo clima mediterráneo. No estamos hablando de una sequía, que es coyuntural, estamos hablando de un cambio absoluto de clima, como un fenómeno climático extremo sucedido, repentinamente, en lugares concretos, en un breve espacio de tiempo, que no es lo mismo que decir “cambio climático” relativo y evidente del planeta Tierra, provocados por las emisiones de carbono y otras contaminaciones humanas , que genera gran cantidad de fenómenos climáticos relativos en lugares concretos y que dan lugar, en un medio o largo plazo, a cambios substanciales climáticos que jamas son absolutos, salvo que termine por generarse debido a algún tipo de catástrofe natural, como grandes terremotos, o grandes deshielos, caídas de meteoritos, etc.


En definitiva, del punto de vista científico, es absolutamente imposible que existan cambios absolutos de clima como fenómenos climáticos extremos sucedidos en lugares concretos, debido a nuestra acción inconsciente general de contaminaciones para la obtención de nuestros recursos. Sin haber catástrofe natural como los mencionados, que no la hay, para que algo así suceda, es decir, para que un clima mediterráneo sea considerado peor que desértico, es decir de menos de 45 litros anual por metro cuadrado, en un plazo tan cortísimo de tiempo, es necesario que haya sido manipulado, consciente y directamente, por el humano, que es, en realidad, lo que está sucediendo. 


Hoy, cielo azul despejado, apenas han cruzado unos pocos aviones en el cielo, con cero posibilidad de lluvias y ninguno con estelas raras. Esto sucede siempre que no hay posibilidad de lluvias. Hablemos claro: Nos dicen oficialmente que todas las estelas son producidas por el vapor de agua de los aviones comerciales, entonces, ¿porqué se empeñan en cruzar nuestros cielos de cientos de aviones con sus estelas terroríficas, justo los días previos a cuando existe alguna probabilidad de lluvia? ¿Por qué, después de cruzarnos los cielos con estas estelas, desaparecen, como por arte de magia, las lluvias probables, a veces, tan evidentes? 


Sepamos que es perfectamente legal manipular las lluvias, sepamos que lo llevan haciendo desde hace años, sepamos que, en el último año, tras la fuerte propaganda de “cambio climático” y la dichosa agenda, han intensificado estas manipulaciones, pero sobre todo, sepamos que tales acciones están provocando cambios muy importantes y graves en la naturaleza y en nuestras vidas cotidianas. Es difícil entender por qué tanta propaganda sobre el cambio climático por nuestras emisiones de CO2, por qué tanta devoción a lo ecológico, cuando están, bajo cuerda, provocando situaciones más radicales debido a sus artificialismos descarados.  Hay una explicación para ello, pero esto merece otro artículo. En este nos quedamos diciendo que es imposible vivir natural y conscientemente, reforestar y trabajar en la naturaleza, en el mediterráneo malagueño con sólo un triste vaso de agua, sin embargo, cada día veo hermosos coches descapotables conducidos por sonrientes noreuropeos con gafas de sol, cruzando las pequeñas carreteras de estas montañas. Es hermoso que sea tan fácil en Europa tomar unas vacaciones en el desierto. Ellos necesitan más de un triste vaso de agua, pero ese agua no viene de aquí.


Atentos a las noticias, vendrán terribles frentes lluviosos, así que: Felices virtuales lluvias de diciembre. 


jueves, 27 de octubre de 2022

El imperio artificialista y la muerte del bosque

 


Hace unos días estuvimos en la parte norte de esta sierra. Allí se encuentra una gran extensión de de encinas, robes y alcornoques, distribuido naturalmente en diferentes masas arbóreas. Se trata de un hermoso bosque Natural entre primigenio y silvestre. Según la clasificación que hice en el Tratado de Agricultura Natural, el b. N. primigenio, es un bosque que ha sido constituido exclusivamente por la naturaleza, sin intervención humana, y el segundo, el silvestre, es aquel que ha tenido intervención humana en alguna ocasión, aún habiendo sido constituido fundamentalmente por la Naturaleza. 


El bosque del que hablamos, aunque tuvo cierta intervención en determinadas épocas de la historia, ha conservado, desde sus inicios, y estamos hablando de muchos miles de años, su esencia primigenia. Este lugar ha pasado por periodos fuertes de sequía, tormentas y toda clase de acontecimientos y, hasta ahora, ha sobrevivido sin ningún tipo de problema. Hoy, este bosque está muriendo lentamente. 


Cuando vimos unas grandes manchas marrones extrañas, dentro del verdor de las encinas y alcornoques y el amarilleo y rojizo otoñal de los arces, pensamos que eran los robles que se habían adelantado a su tiempo debido a la falta de agua, pero, cuando nos acercamos, comprobamos tristemente que no, que eran todos los Quercus que había secado sus hojas. Algunas de las encinas, aún con sus hojas secas, no habían muerto, estaban como esperando el milagro, sin embargo, una gran mayoría estaban apenas sin sabia, o ya habían muerto; lo mismo sucedía con los robles. El espectáculo era muy terrible y amargo. 


Llevo mas de treinta años observando con detenimiento y consciencia estas tierras y estos cielos, con sus ciclos naturales de cada estación y las intervenciones no naturales, y también he ido preguntando, desde entonces, a los más viejos, sobre los sucesos naturales conocidos. Es muy posible que tenga información esencial de un siglo para atrás acerca de la situación de estas naturalezas. Nunca, en un antes conocido, se habían secado extensiones tan grandes de Quercus; nunca antes, hubo tiempos de sequía tan largos y tan persistentes; nunca antes, había dejado de nevar un año en estas altas montañas; nunca antes, se secaron fuentes y arroyos nunca antes, venían tan intensas y extrañas calimas fuera de tiempo que arrasaban todo a su paso, dejando un rastro de muerte e improductividad; nunca antes, sucedían las desgracias a las que estamos sometidos hoy. 


Hay señales suficientes para asegurar de que de que algo no va bien, las informaciones oficiales nos hablan de un cambio climático generalizado que está afectando a nivel general nuestros ecosistemas, debido, fundamentalmente, a las emisiones de CO2 y a las contaminaciones persistentes de esto terribles sistemas artificialistas para la obtención de nuestros recursos. Es muy seguro que haya de eso, que duda cabe, pero llevamos muchísimos años interviniendo atrozmente en la naturaleza para encontrar esos recursos in-naturales, y no es probable que sólo, en los pocos tres últimos años, es cuando se puede ver con claridad cambios reales y substanciales. No es, en absoluto, nada natural que esto suceda así, de forma tan evidentemente y rápida, aun con nuestro artificialismo habitual de uso de químicos para la agricultura y largo etc., hay, sin ninguna duda, otros factores más, también artificialistas, a tener en cuenta y que son, pienso, que más condicionantes y que le hacen ser causas más principales, tanto de la sequía extrema que estamos viviendo, como de las otras desgracias ecosistemáticas.


Estas causas directas y principales son dos: El control artificialista climático organizado, a través del uso de productos químicos muy peligrosos y dañinos, realizados con fumigaciones a gran escala y los incendios, también organizados, con intenciones de deforestación. Ambas llevan un plan implícito de destrucción que es desconocido para la mayoría de nosotros, pequeños ‘humanos-hormigas’. No tenemos ni idea de lo que este plan organizado pretende hacer y cuales son los objetivos desertificando algunas zonas en concreto, y dejando otras con la sensación de cambio climático y una normalidad relativa; lo que estoy, absolutamente seguro, es que está sucediendo y se está haciendo conscientemente, lo cual es una desgracia para todos.


Ayer tocó ir a la playa, con este calor, mejor refrescarse un poco. Estamos a finales de octubre, es decir, un periodo otoñal donde lo normal es tener lluvias y llevar ya algún abrigo, es algo realmente inaudito. De repente, observando felizmente el volar de la gaviotas, un altavoz sonó en toda la playa, como si fuera un aeropuerto, advirtiéndonos a todos, en español e inglés, que cuidáramos de nuestras pertenencias y que disfrutáramos de nuestras vacaciones. Sonó rápidamente la alarma en mi mente, escenificando de nuevo lo que había pensado muchas veces, pero esta vez de manera muy clara: ‘“-Conozco esta playa desde hace más de medio siglo, jamás en esta época hemos estado en traje de baño, ni ha habido seguridad de buen tiempo, parece que el imperio artificialista tiene bien ordenado este producto, fabricar artificialmente un lugar para unas vacaciones baratas y fáciles para los extranjeros. Estas palabras sonando en el altavoz, me lleva a entender que estamos viviendo como en una especie de ‘Show de Truman’, donde están vendiendo sol y calor otoñal surespañol para el resto de la Europa fría, y es por eso que nos quitan la lluvia y el frío. Las compañías aéreas y demás industrias del turismo, harán lo imposible porque este lugar sea más caluroso, no llueva demasiado y tengamos un anticiclón permanente cercano que asegure ese sol, …” 


Hoy, un día después de nuestra inhóspita experiencia playera, como casi todos los días desde que comenzó el otoño, los aviones no paran de surcar los cielos desprendiendo esas nebulosas cargadas de químicos. Mientras ellos no decidan parar, no habrá ninguna borrasca que pueda penetrar a estas zonas mediterráneas de España y los anticiclones del Sáhara y de la Azores, se mantendrán en el Mediterráneo en épocas insólitas. El pantano de la Axarquía, llamado de la Viñuela, antes un paraíso natural, está prácticamente vacío. Es con esa agua, con la que se supone que se duchan los turistas de estas zonas costeras orientales, y con la que se riegan las miles de hectáreas de aguacates y otros frutos tropicales, sin embargo, no es difícil dilucidar que ya hay también un plan para eso. Un buen trasvase de agua de otros lugares donde sí llueve y comprando aguacates de otros lugares, a quién le importa los que les pase a los agricultores, sean estos pequeños o grandes, y, lo que es aun peor, a quien le importa que mueran unos cuantos millones de árboles, cuando hay bosques extensísimos y preciosísimos en toda Europa. La gente del norte no quiere bosque, sino sol y playa. 


Paseen ustedes por los paseos marítimos de toda la costa del sol, observarán, en directo, una sociedad de personas absolutamente despreocupada por la sequía y los bosques, verán también, un poco más allá, pegados a las autovías infectadas de coches, mares de chalets adosados con piscinas, extensos prados de hierba de golf en su mayor verdor y las fuentes de asfalto bien regadas, igual que los ridículos jardines de palmeras con isletas de césped a sus pies. Como en cualquier ciudad, verán ustedes lindos parques comerciales repletos de frutos y verduras frescas, entre otros miles de productos, llamados alimentarios, enlatados y prefabricados. Todos ellos con altos contenidos tóxicos, venidos de industrias variadas, entre los que se encuentran los infernales invernaderos almeriense-granadinos, que son ya zonas desérticas y donde ya han comprado una gran parte de las aguas de Sierra Nevada, también al borde de la desertificación. Bienvenidos al ‘Show de Truman’ real, sigan ustedes disfrutando del mundo virtual, pronto intentaremos ponerles un sello digital bajo su piel, para que ustedes puedan “disfrutar”, aun más, de su telefonía móvil incorporada. El Show solo acaba de comenzar, el imperio artificalista sabe perfectamente lo que hace. ¡Qué triste espectáculo decadente!


A pesar de todo, somos muchas personas que seguimos luchando por una vida más natural y consciente, no perdemos la esperanza, no dejamos de mirar y creer en un mundo equilibrado con una Naturaleza y una humanidad saludable y espiritualmente avanzada. No dejamos de trabajar en ello. 



jueves, 6 de octubre de 2022

Camino a casa


En estos tiempos que corren, todos los esfuerzos que hagamos para mantener nuestro bosque Natural de alimentos en estas tierras emblanquecidas y desérticas, es poco.

El otro día, me contaba un hortelano sabio del pueblo que, en tiempo antaño, de sus padres y sus abuelos hacia atrás, había mucha vida en estas montañas. Él se crió entre huertas al borde de los arroyos de agua permanente, viñas bien cuidadas, trigo en los pechos y rebaños de cabras y vacas. Contaba que tenían tan buenas patatas, que la gente de los pueblos subían con sus mulas a comprarlas, a beber del exquisito vino, porque entonces no había bares, sino la casa de los amigos, que eran casi todos porque en cada casa había una bodeguita, … Después de relatar las bondades de su infancia, dignas realmente de ser evocadas, quizás en otra ocasión, continuaba el hombre cabizbajo diciendo que: "entonces no pasábamos ninguna necesidad, el campo tenía un sentido, pájaros e insectos volaban nuestras fincas, no había prisa para nada, las cosas funcionaban bien; era duro, sí, pero todo estaba siempre verde, incluso las aguas brotaban en verano y no se perdían fuentes ni arroyos, cada año había nieve, llovía durante semanas y meses, las gentes eran felices. Hoy aunque lloviera mucho, no volverían a ser las cosas como antes, no crecería ni una sola planta de trigo o de maíz, porque el mal no está en la falta de lluvia, sino en estas tierras blancas improductivas y sin vida alguna. Antes de que empezaran la fumigaciones -se lamentaba-, estas tierras eran ricas por sí mismas, tenían un color pardo, daba gusto verlas."

Todo su discurso me dejó me dejó impactado, pero su última frase en especial. Para aquellos que aún creen que la tecnología y el conocimiento competitivo de la ciencia moderna lo resuelve todo y que el mal viene de una supuesta providencia imaginaria y fantástica, mejor comiencen a indagar en la historia de sus propios orígenes, que son los pueblos. No tardarán en darse cuenta de que la cosa no va de cambio climático, sino de una tierra muerta debido directamente a las acciones terribles de una sociedad humana absolutamente perdida en la competitividad intelectual, gobernada por una tecnocracia artificialista, llamada Dios-ciencia, que cree saberlo todo con su, en realidad, ciencia-fantasía y que no hace más que destruir las tierras y las gentes, más y más. Un legado que nos fue dado desde hace millones de años y que estamos tirando por la borda con un total desagradecimiento. 


Cojamos el buen camino a casa de una vez, rescatemos los grandes valores del campo y abandonemos ese que nos destruye. No existe conocimiento intelectual derivado alguno que pueda darnos la felicidad por sí mismo; si hemos de alcanzar la sabiduría y un hábitat armónico con tierras fértiles, y que ojalá así sea, será de la mano de un conocimiento natural y consciente, profundo y certero, simple y que fluye del propio devenir de la vida. 

jueves, 18 de agosto de 2022

La naturalización de nuestra mente para agriculturar

 


En diversas ocasiones me preguntan sobre la contradicción que existe cuando hablo de simplificar nuestro pensar para agriculturar y a su vez hablo también de la necesidad del pensamiento filosófico, que es, contrariamente, complejo y extenso. Voy a intentar dar una respuesta a ello lo mas brevemente posible.

Por un lado, hay que entender que, por mucho que queramos, no podemos liberarnos de nuestro pensar para cualquier cosa que hagamos en esta vida. La huída del pensamiento como tal, entonces, es un absurdo y esa carencia es precisamente la que ha provocado el hundimiento de nuestra capacidad de reflexión. Por eso, simplificar nuestro pensamiento para agriculturar, significa llegar con nuestra mente a lo esencial que, siendo simple en su manifestación, lo contiene todo también ya que está realizándose a través de una mente desarrollándose, capaz de percibir el universo de pensamiento múltiple y complejo de posibilidades -pasadas, presentes y futuras-, aún con la incertidumbre del misterio. Esta mente puede mantener esa gran complejidad si quiere, pero sólo es usada cuando es necesario, pues su estar habitual es lo esencial, con cualidad sosegada y simplificada. Y como tal, actúa. No hay otra forma de llegar a esa mente que a través de la filosofía, pero no cualquier filosofía, sino aquella que quiere llegar a lo esencial que lo contiene todo. De este modo, nos encontramos ante un camino que nos lleva a la naturalización del pensamiento filosófico, pues el fin no es otro que evolucionar nuestra mente para llegar a lo esencial con una evolución de naturaleza también, de ahí que hablemos de Consciencia dentro del ámbito de la Agricultura Natural. 

El conocimiento técnico en agricultura -del mismo modo en otras áreas-, llamado también ciencia técnica de la agricultura, se ha inmiscuido, a través de los milenios, en unas redes hipercomplejas de pensamiento y acción con el fin inicial de facilitarnos nuestras labores. Aunque este fin era loable, la extrema artificialización consecuente, ha provocado una gran carencia del pensamiento filosófico y un exceso de pensamiento técnico, con lo que nuestras acciones campestres, ahora son muy complicadas y enrevesadas para nuestra mente confusa. Nos ha robado el sentido más esencial y sencillo de la vida. Es por esa razón que en el Tratado de Agricultura Natural, sabiendo de lo complicado de nuestra ciencia, hayamos compensado recuperando los conocimientos técnicos más sencillos y ancestrales para nuestra vida de hoy. La naturalización del conocimiento técnico -que implica volver al origen más elemental adaptado a nuestros tiempos-, con ello, se convierte del mismo modo, en gran parte de nuestro trabajo como agricultores naturales. Y este hecho provoca, insoslayablemente, un cambio profundo dentro de nuestra forma de concebir la ciencia.

Con todo lo expuesto, la simplificación - que es naturalización consciente- de nuestro pensamiento para el agriculturar, contiene entonces dos vertientes muy claras, la que se expresa a través de una mente filosófica básica esencial y la que se expresa a través de una mente técnica básica esencial. Ambas mentes, que son en verdad solo una, son expertas y están capacitadas para romper cualquier idea errónea de la red complejísima de pensamiento que fue construida desde las malas costumbres, tanto filosófica como científicamente. Eso no significa que sea, en sí misma, compleja, significa que, capacitada para ser compleja si quiere para comprender dicha red absorbente y destructiva, puede traspasarla y actuar para y desde la sencillez, la simplificación o lo esencial. 

Al final, de lo que se trata, en el proceso de recolección de los altramuces, por ejemplo, es de separar el grano del envoltorio, pues el envoltorio es incomestible. Del mismo modo, se trata también del lavado del grano para quitar la amargura. Observamos que lo esencial implica, simplemente, quitar aquello que molesta y es dañino si se come. Sería muy mala costumbre comer el envoltorio o los granos de los altramuces sin haber quitado el amargor. 


 

La autenticidad de la Agricultura Natural


Para los que hayan leído el Tratado de Agricultura Natural, se habrán dado cuenta de que, para cualquier tipo de hortaliza, desde la más alta antigüedad, el proceso técnico de cultivar era de lo más simple, no había grandes secretos, ni complicadas tecnologías quebracabezas, bastaba con un sencillo conocimiento y un alto grado de sensatez, intuición y respeto por la Naturaleza.

Ciertamente, se necesita ese conocimiento básico, tal como se ha expuesto extensamente en el Tratado, y que nos ha servido para comparar, cotejar y experimentar con lo que podemos llegar a hacer hoy en Agricultura Natural. Sin embargo, siendo tan básico y simple, parece que nos cuesta admitir que lo es. Nuestra mente se ha vuelto demasiado compleja y, como un espejo, queda reflejada en nuestras acciones campestres.


El proceso de simplificar nuestro pensar y actuar para agriculturar, con el máximo respeto posible a la Naturaleza, son parte de las bases de una AN digna.


Son por estas razones que la Agricultura Natural, a pesar de los intentos, no puede nunca ser encasillada, ni manipulada, ni vendida al mejor postor. Mantener su autenticidad y originalidad, ha sido gran parte de mi trabajo y el trabajo de la asociación ANE, durante todos estos años. Tal dignidad nos representa a todos los agricultores naturales. Que sea por muchos años más!


En la imagen de hoy, nuestras primeras calabazas de este año.


miércoles, 17 de agosto de 2022

Agricultura y productividad

 
Tal como fue expresado en el Tratado de Agricultura Natural en pág.35, AGRI-CULT-URA, en su ámbito etimológico, que es origen de lo que fue y es, y, por ello, su verdad implícita, es "aquella actividad (URA) de campo (AGRI) en el sentido de cultivar y habitar a su vez (CULT)" -cult viene de círculo en griego, habitar, de donde aparece después también cultivar-.

Con ello, tenemos dos tipos de agricultura: aquella que, no habitando en el campo, se encuentra bajo la autoridad del círculo de la ciudad y aquella que, aún con cierto círculo, es, sobre todo, abierta e integradora con el campo.

Que no os engañen, la verdad cierta es que agricultura ni está obligada a alimentar, ni a dar riqueza ni poder a los de ciudad, ni tampoco está obligada a vivir con su círculo de habitar fuera de campo. Por tanto, no contiene, necesariamente, ni su orden técnicas (llámese arado, llámese regenerativo, llámese compost, etc.), ni su orden económico de lo que la ciudad llama productividad.

Con ello, si la agricultura no está condicionada -ni dirigida- necesariamente al círculo ciudad, y puede, con toda su propia identidad, mantener una relación relativa con el "círculo", más acorde y cercana a la Naturaleza, podemos pensar en una Agricultura libre, que comparte y no compite, con habitantes libres de la misma condición.

Pensémoslo bien, cuando se habla de productividad en el campo, para quien es productivo? Sinceramente, solo lo es para latifundistas, intermediarios y habitantes de la ciudad. Los dos primeros obtienen grandes fortunas, de las que ejercer gran poder, y los terceros, obtienen comida de sobra al antojo y capricho todo el tiempo y cuando quieren, cuando no es nada natural que así sea.

Las consecuencias de ello es que, q la vez que destrozamos tierras, aguas, bosques, etc, el 46% de la producción de fruta y verdura acaba en la basura, mientras los pequeños y medianos agricultores siguen sin poder "vivir" tal como manda el canon ciudad.

No sabemos cuál es la solución exacta al problema, pero sí sabemos que en ninguna agenda basada en la tecnología y creada por grandes latifundistas o poderosos sabelotodos y profetas de baja alcurnia, está la solución. Cualquier sistema milagroso de productividad -abundancia, según el canon de ciudad-, es un auténtico engaño. Ni la tecnología ni la ciencia derivada, podrá jamás sustituir el maravilloso devenir de la Naturaleza.

El camino, si no la solución matemática, se encuentra en que la agricultura debería comenzar a elegir su propio "círculo" lejos de la ciudad y su sistema feroz de productividad que manejan cuatro gatos, cultivando en su propia Naturaleza, recuperando los valores auténticos que Ella contiene y que está con nosotros desde el compartir, el dejar en paz la manipulación de Ella, con el decrecimiento tecnológico y económico que eso conlleva. Hablamos de habitantes naturales y conscientes del mundo, despegados de lo tecnológico, recuperando ecosistemas y su propio interior, siendo libres y felices.

Una parra cultivada en Agricultura Natural da uvas naturales, sin más complicaciones y un pimiento es un pimiento, simplemente, desde su propia semilla natural.

Plantar árboles silvestres

 


El padre de la Agricultura Natural moderna al ver nuestros mares de olivos se refirió al árbol como el ideal para el desierto. " Esto es el desierto"- aseveró.

Recientemente he cruzado, como tantas veces, esos mares de olivos, pero esta vez me fijé en unos pequeños detalles. Hay un orgullo en nuestra tierra por este dibujo puntillista del paisaje, con las tierras absolutamente labradas y sin rastro de otras plantas, pero es un orgullo económico y visual que muestra bastante inconsciencia.

Escondidos entre esos mares observé que había, muy pocos, algunos pinos carrascos, encinas nobles centenarias, moreras y poco más.

Estos árboles silvestres muestran que estas tierras un día no fueron desierto, que el desierto fue creado por nosotros.

La Agricultura Natural de Vida Natural Consciente propone restablecer el ecosistema, no solo con dejar de labrar extensivamente y permitir actividad de vida en el suelo, sino también plantar árboles silvestres en, al menos un 40%, dentro de nuestras zonas de cultivo.
En la imagen, un roble de mi bNa.

Pura vida

 


En muchas ocasiones echamos de menos algunos valientes que, sin sentimiento de venganza o ira, sean capaces de parar lo sanguinario del fuego y las máquinas destructoras de las Naturalezas. Sin embargo, los hijos e hijas de la tierra no deberíamos conocer los sentimientos y otros aconteceres que promueven las insanas tecnologías con sus destructivos fuegos.


Si algo ha de acontecer en nosotros no será otra cosa que la bondad acaecida gracias a nuestra capacidad para dar vida a toda naturaleza. Con esta premisa, según la inconmensurable ley de causa y resultado, no habrá destrucción alguna sino la más pura vida.

Quiero celebrar nuestra devoción y alegría con este hermosísimo liquidámbar, ya adulto, amparado por un bosquete de bambúes en su trasera norte, rodeado de laureles, kakis, cipreses, alcornoques, arces, etc., y resguardando, en sus entresombras, matas de phisalis un pequeño acebo, damas de noche, grosellas silvestres, entre otras especies...

Feliz día!