Mientras aquí estamos concentrados en este retiro, en mitad de esta crisis
mundial, enfrentándonos -en unidad- a nuestros interiores, entrando en nuestro
presente más difícil, al que hemos vuelto la espalda, tantas y tantas veces, e
intentando vencer todos los miedos a los que estamos expuestos, sigue
lloviendo.
La Naturaleza no para de contarnos muchas cosas, sigue adelante
mostrándonos su infinita sabiduría llena de vida. Muchos de nosotros no podemos
verlo, ni siquiera sabemos que existe algo así, y eso es un inconveniente muy
grande; sin embargo, todo esto que está sucediendo ahora, a pesar de lo difícil
que es, también supone una oportunidad enorme para reflexionar y sentir lo que
realmente es importante para nosotros mismos y, sobre todo, desde ese “desde
adentro hacia afuera”, del que tanto hablamos en Vida Natural Consciente, de cómo
influye, de manera global y unitaria, este nosotros mismos.
En numerosas ocasiones, he hablado de la trascendencia que tiene acercarse
a lo más pequeño, simple y diminuto acontecimiento en la naturaleza, como la
más magnánima muestra de toda la grandeza del universo. Y es que allí, en ese
espacio tan reducido, es donde se produce todo; y, tal comprensión simple, nos
ofrece la sabiduría necesaria para completarnos en todos los acontecimientos posibles e
ilimitados.
En mis tierras hay un castaño autóctono, pero se está perdiendo, hasta tal
punto, que quedan muy pocos ejemplares. Justamente, como hace unos quince años,
planté uno; sus frutos hoy día, son dulces y exquisitos, de una calidad incomparable con
los de otras clases. Este año sembré algunas semillas con la intención de poder
repartir los arbolillos entre los paisanos, intentando que esta especie originaria no se
pierda. Ya brotaron algunos y he regalado un ejemplar. Espero que pronto pueda
entregar los demás.
El comienzo de la vida, comienza con una semilla. Muchas veces no germina,
otras veces sí, pero el esfuerzo que hacemos por mantener la vida, en su
potencial más germinal, es lo que nos asegura el crecimiento natural consciente humano y la supervivencia y la continuidad
en esta tierra, de todo aquello que es manifiesto para nosotros ahora. Aprendamos de un simple y pequeño castaño, para darnos la
fuerza para seguir plantando esas semillas, dentro de nosotros, y hacia afuera
de nosotros también.
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