Con un elevado grado de análisis separado de la Naturaleza,
es decir, con una expresión “sólo mente”, el artificialismo cuenta con
poderosas razones para determinar sus leyes. Unas leyes ajustadas a la
conservación de una vida que rechaza el devenir natural y que intenta controlarlo,
de tal forma, que éste no se manifieste.
Una mente humana artificialista, se encuentra muy carente de
sensibilidad natural -no tiene contacto, ni tiene desarrollado, sus sentidos-, esto
hace que pueda llegar a pensar, por ejemplo, que las valiosas plantas
silvestres varias, o las dulces y hermosas hojas caídas de un árbol, o los mismos
árboles silvestres en sí, que son todos el alimento y la medicina de la
Naturaleza, crean suciedad, contienen bichos dañinos de toda clase, con lo que
se les suponen que son un peligro para los cultivos y para la vida humana artificialista;
y es, por ello, que son perseguidos y exterminados.
El contacto sensible con la Naturaleza es tan rechazado para
la mente artificialista, que llega a ser realmente un acontecimiento muy
obsesivo. Este hecho hace que sea capaz de intentar controlar, incluso por
imposición y totalitarismo, todas las causas sensibles, que son sobrevenidas de
los elementos esenciales y naturales de la Naturaleza, como son la energía del
sol, del agua, de la tierra y del aire, acotando la manifestación libre que
ellas contienen en su relación con los seres libres, impidiendo, con ello, la
manifestación libre de toda vida natural.
El artificialismo cuenta con razones poderosas analíticas sí,
pero estas están absolutamente carentes de toda sensibilidad, tanto en mente
como en experiencia sensible, con lo que su grado de consciencia es bastante deficiente.
Sin Consciencia hay ignorancia -no hay evolución humana-, y la tendencia, en
estas condiciones, es la destrucción. En Vida Natural Consciente, libro 2,
fue extensamente definida la Consciencia, allí podemos probar, en fuerza
analítica sensible -filosófica-, todo lo que aquí ahora estamos expresando.
La Agricultura Natural de hoy, es portadora de esa
fuerza analítica sensible, pero también es portadora de fuerza analítica objetiva,
tal como se ha mostrado, en grado de conocimiento histórico y de ciencia
esencial, en el recién publicado Tratado de Agricultura Natural. La
capacidad doble de fuerza analítica, es capacidad consciente, y solo puede ser
revelada con la experiencia de vida directa de campo. Es decir, la Naturaleza
es una entidad externa a ser observada, es decir, es objetiva y conforma
patrón “relativo y flexible” de ley, pero, la Naturaleza lo que es, sobre todo,
una entidad interna para ser experimentada -en experiencia directa
sensible y en mente sensible-, es decir, es subjetiva y conforma, o no, un
patrón individual, sea este también grupal, si así lo quiere.
En definitiva, lo que estamos declarando
es que los agricultores naturales ya han dejado de ser, para los ojos
artificialistas, unas gentes “palurdas e incultas” fáciles de dominar, entre
otras cosas porque nunca lo fueron, en verdad; y, fundamentalmente, porque hoy
sí que posee fuerza analítica sobrada y de experiencia sobrada, para defenderse
y no estar necesariamente condenados al conocimiento ignorante y a las leyes
ignorantes sobrevenidas de ese conocimiento proveniente de la nueva Babilonia; por
libertad de natural de expresión, y por libertad natural de vida en experiencia.
¡
Por una Naturaleza libre en hermandad
humana
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