Nos han dicho que somos demasiados habitantes humanos en
este planeta, y que la única manera para proveer de alimento a tantos miles de
millones de personas, es a través de los sistemas extensivos de cultivo
actuales, la manipulación genética y el uso de fitosanitarios y fertilizantes;
y, por ende, una necesaria macro-global organización que lo controle y lo
distribuya, sin que suponga un caos económico en los países ricos. Nos han
dicho, del mismo modo, que esta organización, no sólo se la supone necesaria en
relación al alimento, sino también para todas las demás producciones posibles.
Para poder abarcar esta responsabilidad de mantenernos, estas
organizaciones buscan modelos propicios de “sostenibilidad humana”, que se encuentran
basados en la tecnología, que es el supuesto conocimiento, “dios y
salvador”, que nos lleva y nos llevará a un alto grado de evolución. De lo
simple a lo complejo, de la especialización, tal como fue dicho sobre la evolución.
Con todos estos argumentos, el artificialismo gobierna al
mundo, con una coartada perfecta. Y justifica con ello, todo tipo de acciones,
en aras a la evolución, que, aun atentando a nuestras libertades y a la salud
de la Naturaleza y el humano, están siendo aceptadas con resignación por la
población del mundo, con un fuerte sentimiento de convencimiento y solidaridad.
Pero, ¿dónde está el fallo, si es que lo hay?
El rasgo humano distintivo, respecto a animales plantas y
demás seres de la Naturaleza, era lo racional, por lo que, cuanto más de razón,
más complejo y especializado, es, y, en definitiva, más evolutivo. Sin embargo,
si ha de ser la razón la que nos lleve, ¿de qué tipo de razón hablamos, de la
razón cuantitativa o de la razón cualitativa?
En relación a este asunto, una de las cuestiones más relevantes
que han sido reivindicadas por la Agricultura Natural y Vida Natural
Consciente, es el conocimiento sensible necesario para poder ubicar la
sostenibilidad Natural conjunta con la sostenibilidad humana, y no sólo esta
última. Esto conlleva un cambio profundo de paradigma de conocimiento, que no
viene medido por la cantidad racional desnaturalizada, en el sentido de
especialización puramente analítica y separada de la Naturaleza, sino por la
cualidad racional que implica un alto grado de especialización sensible-analítica-natural,
que nos lleva a una evolución real de Conciencia, tal como ya se ha demostrado
en los trabajos expuestos de V.N.C.
Ya hemos advertido varias veces, que las propuestas de la Agricultura
Natural, así como de la misma Vida Natural Consciente, no pueden ser medidas
como modelos productivos para alimentar una evolución tecnológica, con sus altas
categorías separadas de lo sensible y lo natural. Lo Natural y Consciente no
está separado de la Naturaleza, y el análisis consecuente no puede sostener, no
es sostenible, para una sociedad de humanos artificialista, pues entraría en
contradicción con su propia esencia.
La Naturaleza, y con ello, la A.N., no puede ser responsable
de los excesos humanos, tal cosa sería de alta irresponsabilidad para con la
Naturaleza y la Consciencia humana, y es aquí donde el acto de solidaridad coge
su mayor poder ético para tomar sus posturas de sostenibilidad de la Naturaleza
y del ser humano conjuntamente.
Los modelos que pueden contener estas propuestas
alternativas, contienen a su vez, múltiples formas, digamos que no existe un
modelo en concreto, definido y señalado, de Agricultura Natural, sino muchos patrones
posibles, dentro de un rango común que los distingue a todos y que marcan el
patrón general de la tendencia y de ahí, la importancia del principio de las
transiciones -principio 8º de la A.N-.
Miles de millones de hectáreas destruidas en el mundo para
alimentar al humano, miles de millones de seres sensibles matados para
alimentar al humano, miles de millones de toneladas de comida, tirados a la
basura para alimentar al humano, miles de millones de plásticos y energía construidos
y tirados a la basura para alimentar al humano… No nos quepa duda que, ni el alimento artificial, ni el
producto de consumo artificial sustitutivo, nos salvará, la tecnología absolutista no podrá
salvarnos jamás de esto. He visto y comprobado, con mis propios ojos y
experiencia, la fragilidad y debilidad natural de una planta modificada
genéticamente, hasta tal punto, de no poder ser nunca más retornada a la Naturaleza.
Si el Ser humano se separa de la Naturaleza en el mismo grado, a imagen y semejanza de cómo es tratada la Naturaleza, tal como estamos viendo hoy, no podrá
retornar a Ella fácilmente, y esto significaría la destrucción de la humanidad, pues
somos pura Naturaleza, aunque tengamos uso de razón, con el uso de la razón.
Pensemos muy bien, y sobre todo, sintámoslo, qué mundo
estamos dejando a nuestros hijos, nosotros elegimos qué queremos darles,
nosotros elegimos. Pensemos muy bien, sintámoslo, quienes son los verdaderos
insolidarios y qué es lo que queremos apoyar y donde queremos poner nuestros
esfuerzos. Pensémoslo muy bien, sintámoslo muy bien, porque de nosotros depende
el tipo de evolución que queremos para este mundo.
Por una Vida más natural y consciente. Un fuerte abrazo.