Cuando plantamos una semilla en la tierra y le damos sus
condiciones necesarias de agua, de calor, de aire y de nuestra energía propia, el
universo entero conspira para que la fuerza de la vida se manifieste por sí
misma. Nosotros, como vida que somos, tenemos la voluntad para generar tales
condiciones, pero, en realidad, únicamente somos un elemento más.
La Tabla Natural Consciente de la Tierra Filosofal,
nos dice que la auténtica quinta esencia se encuentra en alimentar la vida; y, alimentarla para que esta se manifieste impecable, con todo su impulso, requiere de
un sencillo acto de agradecimiento y confianza. Sin agradecimiento, no podemos entregar
nuestra fuerza amorosa que cuida el acto de sembrar vida, y eso, nos dota de
una confianza plena en la vida.
Todos los seres vivos tenemos una responsabilidad con
nuestro vivir y con el vivir de todo lo que nos rodea. Como promotores de vida
que somos, debemos, si queremos seguir alimentándola, que actuar en
consecuencia con ella. Veámoslo con un ejemplo: Si yo padre miedoso de la
enfermedad y la muerte, tengo hijos sanos sin miedo que rebrotan vida, y sin sentir agradecimiento por lo que ya tienen y expresan, los persigo continuamente para comprobar su temperatura, les
pongo máscaras que le impiden respirar, para que no se contagien de los
gérmenes naturales, les inoculo diversos medicamentos tóxicos innecesarios,
cambiándoles, incluso, hasta su estructura genética imaginando una gran
variedad de malas suertes, etc., y no les permito, en definitiva, vivir en paz
y libertad, ¿qué estoy provocando en ellos? Pues estoy provocando que esos maravillosos seres, padezcan
diferentes tipos de enfermedad, tanto mentales como físicas; enfermedades, que,
por su propia naturaleza y circunstancia, no tienen; con lo que les estoy
acercando a la muerte y no a la vida, en un acto total de absoluta
irresponsabilidad. Alimentar la vida es
cuidar, es agradecer en un sentimiento de compensación, se trata del más puro acto de
amor. Y eso implica que el que recibe tales bondades, siente lo mismo y es por eso que se
genera en vida, para más vida compartida. La vida es felicidad, es libertad, es
alegría, …, conjunta todas las virtudes posibles, y jamás podrá venir de la
mano de la amenaza, del miedo, de la presión, de…, pues estas son las fuentes
de la enfermedad y la muerte.
Con las plantas sucede lo mismo, si yo actúo obsesivamente
con mis recién nacidas plantitas protegiéndolas en exceso del viento y el frío,
dejándoles sin apenas aire, inoculándole toda suerte de químicos fertilizantes
y antiplagas, etc., no permitiéndolas que se desarrollen en su natural circunstancia,
lo que estoy haciendo es acercándolas a la muerte, estoy impidiendo que vivan
sanamente; con lo que, finalmente, me encontraré con plantas enfermas, dependientes
de mi control absoluto.
Lo que es natural, en su más
amplio espectro de multitud de posibilidades positivas y evolutivas, alimenta
la vida, pues respeta y cuida lo que es dado por su propia naturaleza. Si observamos
el término artificial, vemos que, en sus primeras instancias, no tiene porqué
oponerse a natural, en tanto que artificio es aquello creado por el humano y
este podría ser adecuado para la Naturaleza, es por eso que, dentro de la A.N.
de Vida Natural Consciente, hablamos de la posibilidad de natural
artificialidad. La cuestión relevante radica en saber que lo artificial en
grado preponderante -como podría pasar como cualquier otro elemento, exceso de
agua, por ejemplo, o de fuego, o de aire-, crea enfermedad de naturaleza, pues
la enfermedad, que es la no salud, se genera precisamente por eso. Esta
enfermedad de la que hablamos ahora, se llama artificialismo, por exceso de
preponderancia artificial. Si deseamos curarnos de tal enfermedad, para no
llegar a separarnos de la Naturaleza a tal nivel que dejemos de ser Naturaleza,
y, con ello, dejemos de ser, sencillamente, debemos disminuir la fuerza de tal
preponderancia. Recordemos que es conocimiento ancestral y esencial de ciencia
médica y universal, que toda enfermedad, siendo tendencia a la muerte, para
evitarla, o al menos no fomentarla, es necesario templar la fuerza de su preponderancia,
tal como ya se explica profusamente en la Tabla Natural Consciente.
Estimados lectores, pongamos fuerza a un mundo más natural y consciente. Un presente y futuro cercano evolutivo, está en nuestras manos con una
simple decisión ¡Alimentemos
la vida y la salud!
Felices fiestas.
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