martes, 31 de marzo de 2020

La domesticación natural


Os presento a mi gato "Karma". En estado silvestre, los gatos pasan mucho tiempo subidos a los árboles, desde allí pueden ver a sus presas, fortalecen sus uñas y sus músculos y avivan sus sentidos adaptados al medio. Este hermoso ejemplar, de pelo largo y suave de color canela, se presentó a la puerta de nuestra casa, junto a su hermano, teniendo ellos apenas una o dos semanas de vida. Los adoptamos un tiempo, pero a su hermano le buscamos un nuevo hogar de una familia amiga. Karma fue siempre un ser excepcionalmente sensible, no era tan buen cazador, como su hermano. Aún le cuesta defenderse frente a los machos vecinos que vienen a visitarnos a menudo, pero, cada vez sabe apañárselas mejor, y también gracias a su hermana adoptiva "Atenea", que ella sí que es una guerrera nata.

Nuestros gatos viven fuera de casa, jamás entran dentro. Les damos un poco de comida cada día, y en eso se encuentra parte de su domesticación, pero viven libres en nuestro bosque Natural de alimentos, donde, gracias a la diversidad inmensa de vida, pueden encontrar el resto del alimento que necesitan.

La medida entre lo silvestre y lo domesticado, dentro de un rango Natural y Consciente, se encuentra en una convivencia equilibrada que respeta la libertad de la naturaleza y que interviene lo justo para hacerse un hueco. La naturaleza es salvaje si se la deja sola a su libre albedrío, pero si el humano opta por dominarlo todo, es igual de salvaje, y se torna al otro extremo. Por ello, el intercambio equilibrado se encuentra en la templanza de esos extremos.

Los animales, las plantas y los humanos, somos seres vivos, que siempre tendemos, por propio impulso de supervivencia, a intentar dominar nuestro espacio de acción, es por ello, que debemos pacificar y templar toda tendencia posible. Es esta la actitud indeterminable de todo habitante natural del mundo, sea de la especie que sea, sea la actividad que sea. Tomemos nota de ello, más allá de la propia A.N.

En la foto podemos observar la convivencia de diferentes especies arbóreas. El gato está subido en un almendro y le acompañan verdes arbustadas de Pittosporum o azahar de China, pinos piñoneros, un pimentero falso, un cornejo a sus pies junto a masa hermosas de romeros, etc... Casi que no podríamos decir que es un almendro, por las características salvajes que expresa, pero es que los árboles frutales, cuando se disponen a sobrevivir en un entorno compartido, y lo dejamos estar, su comportamiento es mucho más hermoso y expresivo, no deja de dar su fruto, pero es feliz, no vive apesumbrado de soledad, "sobredomesticado" y "esclavizado" para cargar kilos y kilos de fruto.

La domesticación natural, alberga ese espacio templado donde ofrece el aislamiento justo, el reparto justo, el alimento justo también. Encontrar esa medida amable, no invasiva, es uno de los grandes retos de la Agricultura Natural; y, no sólo es posible, sino que es una de las más magnánimas expresiones reales y realizables que existen en esta naturaleza de humanos evolucionados.