lunes, 1 de marzo de 2021

Un pacto con nuestros ancestros

Aunque ya tengo parras adultas dando fruta dentro de mi bosque Natural de alimentos, que usamos para comer y elaborar pasas, este año he decidido incluir una viña de uvas tintas para hacer mi propio vino.

Los sarmientos seleccionados son de dos tipos fundamentalmente. Por un lado, una clase tinta única, llamada Rome, muy peculiar y rica, que es autóctona de esta zona de montaña encrespada, y de la que ya existen muchas avanzadillas para la denominación de origen. Y, por otro lado, una uva tinta, de procedencia riojana, que está ya muy bien adaptada a estos terrenos.  

Las viñas, en Agricultura Natural, no se labran, el trabajo consiste en crearles un ecosistema de bosque combinado, con coberturas variadas y acolchado, para que tengan el sol que les hace falta y las tierras mullidas y nutridas. La vid es una planta muy especial, con una raíz muy profunda, el labrado en zonas secas como esta, se ha practicado, desde hace cientos de años, con la única intención de recoger el agua de la lluvia, para que no caiga toda por los balates hacia las cañadas.

Llevo años practicando y diseñando, en diferentes fincas de agricultores alternativos, formas más naturales de actuar en la viña, muy eficientes, sin necesidad de dañar la tierra. Fundamentalmente, aparte de la siempre arboleda, consisten en recoger el agua a través de pendientes inversas en la misma viña, con muretes de piedra y caminos de acceso que hacen de balsa natural. Estas maneras, que he aprendido de mi propia experiencia, no sólo tiene esa ventaja mencionada, sino que, además, entre otras muchas cosas, el trabajo de preparación y la recolección, en las fuertes pendientes, se hace muy cómodo.

Los muretes de piedra para abancalar, es un conocimiento milenario, que llevo trabajando durante veinte años, observando cómo lo hacían los antiguos, en un pacto con nuestros ancestros, y también innovando nuevos posibles recursos. Funcionan de maravilla, y sirven, no sólo para las viñas, sino para todo tipo de cultivos; duran toda la vida si se saben hacer bien, son técnicas naturales realmente asombrosas.

En la imagen de hoy, podéis apreciar el primer trabajo de esta viña. Junto a la recién acabada tarima circular de meditación, elaborada en madera con 4 metros de diámetro, llamada "Clara luz", he aprovechado las pendientes entre los bancales de cereal y otros cultivos. La viña nunca va sola, en este caso, tenemos arboleda, recién incorporada de granados, un arce japonés, almeces, alguna leguminosa, olivos, un almendro salvaje que voy a injertar en ciruelo del terreno y diversas aromáticas.

Para todos los que queráis profundizar un poco más en este tema, podéis acudir a la página 178 y siguientes del libro, parte I, de Vida Natural Consciente, la AN.

Feliz entrada de marzo!

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