sábado, 17 de agosto de 2019

La sostenibilidad no auténtica


En innumerables ocasiones, las cosas que hacen daño vienen enmascaradas, sobre todo cuando son creadas por el humano. Existen, por supuesto, cosas naturales en el mundo que son aparentemente muy buenas y que pueden suponer, a su vez, un peligro, pero suele pasar en ellas que hay una señal que avisa. Una serpiente, por ejemplo, que, a pesar de su belleza, contiene una suspicacia que te informa que te puede atacar en cualquier momento, sin importar nada lo que sientas. En la Naturaleza absolutamente instintiva, no hay compasión, sólo supervivencia, por eso se muestra la advertencia y es muy explícita. Sin embargo, las que dañan las entrañas y que no se espera, pues tienen una apariencia de bondadosas y buenas, aparecen de una belleza inconmensurable -o al menos, así se nos muestra-, y suelen ser creadas por los humanos.
Esto es lo que puede suceder con el tema de las tecnologías renovables, sustentables, ecológicas... Aparentemente son muy beneficiosas para el medio ambiente, se las supone limpias, y en verdad minimizan daño a primera vista, sin embargo, no son tan limpias como se suponen. Primero por lo que implica su fabricación y en su uso, y segundo, porque lo único que provocan es favorecer un mantenimiento global del consumo de energía, o de lo que sea, sin tener en cuenta un factor mucho más importante, que es la necesidad imperiosa de ir evolucionando en los aspectos de menor producción, menor consumo, etc. No quisiera detenerme mucho hoy en esto, pero si quiero decir algo para que no se nos pase: Desde el punto de vista de Vida Natural Consciente, la sostenibilidad se pone en entredicho cuando lo que imperan son las necesidades del humano por encima de la Naturaleza. sostenible para ambos significa, menor creciemiento de insumos y consumos, significa mayor crecimiento de Naturaleza. Y para ello necesitamos usar nuestra mente consciente.
Quizás muy pocos lo sepan, pero, por ejmplo, los molinos de viento están pintados con pinturas químicas muy fuertes y cancerígenas, porque resulta que, para guardar el impacto del viento, necesitan que sean extraordinariamente adherentes. La Naturaleza es mucho más poderosa de lo que pensamos, y millones de micropartículas de ese material cancerígeno son desprendidos al aire de forma constante, y ese es el aire que respiramos. Sin mencionar también el impacto de las astas y el permanente movimento sobre los animales y la flora, etc.

No hay comentarios:

Publicar un comentario