miércoles, 17 de agosto de 2022

A las hijas e hijos de la tierra

 


Hijas e hijos de la tierra, no escuchéis lo que nos dicen, no miréis lo que nos hacen, no les creáis.

La vida natural no es peligrosa. Os dirán: no intentéis vivir en los bosques porque serán pasto del fuego, no intentéis comer vuestro propio alimento, porque no habrá agua y no crecerán, os venderé alimentos "preciosos", viviendas de asfalto y máquinas de entretenimiento elaborados en fábricas. No uséis medicina natural, porque no os curarán de las terribles y asoladoras enfermedades, os venderé maravillosas medicinas, elaboradas por nosotros, en fábricas divinizadas

No creáis a los enemigos de la vida natural, la tierra desolada, antes fértiles, es hoy cubierta de cardos, bichos y pinchos. Las gentes tienen miedo a los pinchos y a los bichos, la vida natural ya no existe para ellos. Y es, en verdad, que la tierra, las aguas, los bosques y aires limpios, intentan ser destruidas para llenar las ciudades de oro, de máquinas y de ídolos creados por mentes impuras.
No creáis a los dioses de la tecnología.
Los dioses de la tecnología son la causa directa de nuestra involución y destrucción de la tierra.

Hijas e hijos de la tierra, volved a a Ella, plantad árboles, reconstruid la Naturaleza a su imagen y semejanza, que es la nuestra, hasta que en las cañadas vuelvan las aguas, hasta que los manantiales se llenen de agua pura y hasta que el fuego sea vida y energía y no destrucción de ellas. Hasta que el aire vuelva a ser limpio...
Volved a la tierra, hijas e hijos de la Naturaleza.

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